Sonríe, festeja. Mira al cielo. Agita los brazos. Grita. Está feliz, Simona Halep. Y no es para menos: al llegar a la final del WTA de Beijing se aseguró ser la nueva número uno del mundo desde el lunes.
// Se operó los pechos y no para de ganar
Pero para poder alcanzar su sueño, la rumana de 26 años tuvo que tomar una decisión drástica cuando solamente tenía 18 años. Sus lolas eran muy grandes y le incomodaban para jugar, así que se sometió a una operación para reducir su tamaño.
Fue entonces que pasó de tener 95 centímetros a 75. "Es un peso que dificulta mi habilidad para reaccionar con rapidez. Este busto me hace sentir incómoda al jugar", contaba antes de pasar por el quirófano. Después, contó que se notaba "más agresiva en la cancha. Me muevo muy bien, estoy corriendo mucho y me siento muy pero que muy bien".
Desde ése momento, Simona escaló posiciones en el ranking muy rápidamente, y este sábado logró desbancar a la española Garbiñe Muguruza del puesto más alto al derrotar 6-2 y 6-4 a la letona Jelena Ostapenko, para confirmar que el que quiere, puede.