"Son como brutos"... Carlitos Tevez se conduce en la vida, en materia de dichos y hechos, a lo Carlitos Tevez. El Apache no tiene filtros entre el cerebro y la lengua. Si nota lo que notamos todos, él lo dice como ninguno otro. Carlitos tiene razón. El nivel de la Superliga china es subterráneo y no hay dinero (ni siquiera el de ellos) que pueda elevar a un equipo de ese torneo entusiasta hasta algo parecido a lo razonable. Tal vez "en 50 años", supone Carlitos. Puede ser. Hoy, ni de cerca. "Son como brutos", "son inocentes". Son lo que son, en general, la gran mayoría de los futbolistas chinos.
Lo que sorprende a partir de esta afirmación tan Tevez es el nivel de Tevez en ese fútbol, el mismo que quiere crear a su Lionel Messi con su chequera y evidentemente aún no puede... "son como brutos"… entonces, ¿por qué Carlitos no se impone como en la Juve, Boca o el club que usted recuerde?
1.300 millones de chinos son la cuna del fútbol del futuro. Xi Jinping, el Presidente de esta nación, adora a este juego. Incluyó al fútbol en las escuelas. Construyó canchas en todo el país. Espera que en 2020 unos 50 millones de chinos lo jueguen, y que las once mil canchas de hoy mañana sean setenta mil. Si hasta le pidió a Mauricio Macri la fórmula para engendrar a un Messi, como si se tratara de inflar y hacer botellas. "No creo que la Súperliga china sea tan fuerte como las de Europa. Tal vez en 50 años", dice Carlitos.
Entonces, ¿qué separa a Tevez de una versión razonable? ¿Por qué no brilla entre torpezas y limitaciones notables? ¿La Superliga volvió a Tevez mediocre? ¿O la falta de estrés competitivo congeló al fuego de ayer de Carlitos?
Tevez reapareció este viernes tras faltar a seis partidos, en un opaco 0-0 ante el Guangzhou. Una lesión muscular lo había sacado de la cancha. Tan solo consiguió hacer un gol -de penal- el día de su debut en el certamen local. Su club, el multimillonario Shanghai Shenhua, no disputará la Champions asiática por perder de local ante un ignoto equipo oceánico. Más allá de atender un solo frente, deambula por la mitad de la cancha… ¿entenderán los chinos que pagaron 40 millones de dólares por la ficha de Carlitos que Carlitos es así, sin filtro? ¿Cómo será su vida a partir del "son como brutos"? ¿Tendrán autocrítica para tomar la palabra de Tevez como una descripción, en vez de entenderlo como peyorativo?
La Superliga gastó 336 millones de dólares en el último mercado de pases postergando, por ejemplo, a la Premier Leaguer, que invirtió 281 millones en el mismo período. El brasileño Felipao, el chileno Manuel Pellegrini, el uruguayo Gustavo Poyet (DT de Carlitos), el italiano Fabio Cannavaro, el portugués André Vilas-Boas y el alemán Felix Magath son algunos de los entrenadores que procuran bajar un legado. Convertir a la calabaza en princesa. Que le acierten el pase al compañero que tienen al lado, como mínimo.
Tevez disputó seis partidos. Y nunca fue el último Tevez, aquel que brilló en el Monumental. Tevez no volvió a ser Carlitos. La deducción lógica, a contra mano de la razón que lo llevó a ese fútbol, surge desde su espíritu. No es lo mismo jugar con la camiseta del club que amás. No es lo mismo competir sin el más mínimo sentido de pertenencia. No es igual salir a la cancha sin ése nervio que te lleva a otro umbral. No es lo mismo que Boca, Corinthians, el West Ham, el United, el City, la Juventus. Nada se compara con el subdesarrollado fútbol chino. Tal vez esa sea la razón por la que Tevez no se destaca entre "brutos". Tal vez esta sea la recta final del indómito crack en el fútbol del mundo, el jugador del pueblo. El Tevez de China, lentamente, apagó a Carlitos.