No paran de agigantar su mito. Como jugador ni como equipo. Uno se sirve del otro, uno necesita del otro. Son Emanuel Ginóbili y los San Antonio Spurs, que siguen marcando una época en la NBA.
Con un partidazo pese a no tener a su base titular -Tony Parker- ni a su estrella -Kawhi Leonard-, los Spurs aplastaron 114-75 a los Houston Rockets como visitantes, ganaron la serie 4-2 y se aseguraron el pase a la final de la Conferencia Oeste. Allí los esperan los Golden State Warriors de Stephen Curry, el equipo de moda hace dos años.
Manu tuvo una participación moderada esta vez, luego de la brillante actuación del juego anterior. Estuvo 16 minutos en cancha con dos puntos, tres rebotes y cuatro asistencias. El máximo anotador de San Antonio fue LaMarcus Aldrige, autor de 34 tantos (y doce rebotes), seguido de Jonathon Simmons con 18 (y cuatro asistencias).
Ahora, el equipo del bahiense se medirá con los Warriors a todo o nada para llegar a la gran final de la NBA. Mientras tanto, agigantan su leyenda.
