El campeonato está abierto. De eso no hay dudas. La ventaja que Boca les llevaba a sus perseguidores cuando se reanudó el torneo ya quedó atrás. El equipo de Guillermo Barros Schelotto dio muchos pasos en falso y Newells, su inmediato perseguidor, está a sólo tres puntos.
Estudiantes, Racing y River siguen de cerca lo que pasa, aunque la diferencia es mucho mayor. ¿Y San Lorenzo? El equipo que dirige el uruguayo Diego Aguirre no da pie con bola y se cayó en las últimas fechas. ¿Quién dará pelea hasta el final? ¿Podrá Boca volver a encontrar su mejor versión y ganar el torneo? Acá les dejamos un análisis de los puntos altos y bajos de cada equipo. Saquen ustedes sus conclusiones.
Boca: Sin dudas tiene uno de los mejores planteles del fútbol argentino. Durante el torneo tuvo pasajes de muy buen fútbol y cuando el equipo no aparecía, las individualidades lograron salvarlo. Las lesiones de Fernando Gago y Ricardo Centurión lo complicaron mucho en el armado del juego. El entrenador todavía busca la fórmula para suplantarlos. No será fácil y tendrá que lucharla hasta el final.
Newell´s: El equipo de Diego Osella subió, casi sin que nadie se de cuenta. Apoyado en la experiencia de los históricos como Maxi Rodríguez, Nacho Scocco, y Mauro Formica, es uno de los más regulares, sobre todo en esta segunda etapa. Además de sus referentes, uno de los puntos altos del equipo rosarino es su volante central, Facundo Quignon. El exjugador de San Lorenzo maneja los hilos del equipo y se ganó el amor de los hinchas. El punto flaco del Leproso está afuera de la cancha: hay muchos problemas financieros y trabajadores realizando medidas de fuerza. ¿Influirá?
Estudiantes: La principal característica del equipo platense es su equilibrio. Tuvo una muy buena primera mitad de temporada en donde logró afianzar su identidad de juego. De hecho, fue puntero una gran cantidad de fechas. A Estudiantes no le sobra nada. No tiene grandes individualidades y su potencial está en el juego conjunto. Si el equipo está bien puede ganar los partidos por uno o dos goles. Asi como también puede perder. Su ambigüedad puede ser factor determinante, para bien o para mal.
River: Tuvo una primera mitad de torneo muy floja. Marcelo Gallardo nunca logró encontrar el equipo y priorizó la Copa Argentina antes que el campeonato. Mal no le salió ya que la ganó y hoy puede jugar la Copa Libertadores. Hoy tiene una realidad completamente distinta: volvió a ser un equipo intenso, y algunos jugadores clave como Rodrigo Mora, Lucas Alario y el Pity Martínez levantaron su nivel. La llegada de Ariel Rojas, y una defensa firme, le permiten a River soñar con el campeonato. El dato más importante: todavía no jugó con Boca. Y ya sabemos que el resultado en el Superclásico puede ser un aliciente de cara al futuro.
Racing: La llegada de Diego Cocca le devolvió la mística al equipo de Avellaneda. Después de una primera mitad para el olvido, en donde lo dirigieron dos técnicos (Sava y Zielinski), Racing parece haber encontrado su lugar. Su punto más alto es sin duda la delantera. Gustavo Bou y Lautaro Martínez están en un nivel superlativo, al igual que Lisandro López antes de la lesión. Están muy bien acompañados por el Huevo Acuña y el Pulpo González que le dan volumen de juego. Su punto flaco: la defensa. Agustín Orión no da seguridad y la dupla central está compuesta por jugadores del montón. Insua parece un jugador amateur y Pillud está en un nivel muy bajo. Si logra un mayor equilibrio puede empezar a ilusionarse.
San Lorenzo: Es quizas, el que menos chances tiene de pelear el campeonato. Su primera mitad del torneo había sido de lujo con pasajes de juego dignos de un equipo europeo y con un Fernando Belluschi iluminado. Tras el receso y las ventas de algunos de sus figuras como Martín Cauteruccio y Emanuel Mas, el equipo no volvió a ser el mismo. Cayó en su juego y el nivel de sus jugadores es muy bajo. Se habla más de la salida del DT, que de pelear el campeonato. Esa es la cruel realidad.
El torneo está abierto. Aún quedan 27 puntos en juego y ninguno de los equipos da garantía de ser invencible. ¿Quién será el campeón? Es una respuesta que todavía no podemos dar.