Fue un final de año muy extraño para Andrés D'Alessandro que, a puro talento, volvió a recuperar el cariño de gran parte del público de River. Y en su mejor momento, cuando muchos se ilusionaban con verlo romperla en la Copa Libertadores, le tocó volver a irse.
El Inter de Porto Alegre, que recientemente descendió a la segunda categoría, hizo un cambio de autoridades y el nuevo presidente quiere que el Cabezón sea el emblema para volver cuanto antes a Primera. Y, como el pase pertenece al equipo brasileño, no hubo mucho por hacer.
D'Alessandro regresó al equipo del que defendió la camiseta durante nueve años, pero se llevó un recuerdo literalmente imborrable del conjunto de Núñez: decidió tatuarse la Recopa Sudamericana y la Copa Argentina (con la leyenda "2016"), por los dos títulos que conquistó en su segundo paso por River.
