“Mi hijo no viajó porque estaba lesionado”, fueron las primeras palabras de Rubén Martinuccio, papá del jugador argentino Alejandro Martinuccio, delantero del Chapecoense de Brasil, que no formaba parte de la delegación que viajaba en el avión que se estrelló en las últimas horas cerca de la localidad colombiana de Medellín, y que dejó como saldo al menos 71 muertos y 5 heridos.
En diálogo con TN, el hombre relató: “Era un grupo de gente maravillosa. Un club familiar. Hace 10 días habíamos festejado con todos los jugadores el cumpleaños de mis nietos”.
“Todavía no pude hablar con mi hijo”, dijo el hombre conmovido y agregó: “No quiero ni pensar en eso”, cuando fue consultado sobre la suerte de su hijo para evitar la tragedia.
Luego, reflexionó: “El jugador de fútbol está acostumbrado a viajar mucho en avión. Pienso en él, en su mujer, sus tres hijos…”.
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LA TRAGEDIA
La aeronave se accidentó en los últimos minutos del lunes en el Cerro Gordo de la Unión, en el departamento de Antioquia, según confirmó el Aeropuerto Internacional José María Córdova de Rionegro en un comunicado oficial.
En el avión de la empresa Lamia Bolivia viajaban 72 personas y 9 tripulantes, entre los que se encontraban los futbolistas del conjunto brasileño, que este miércoles iba a disputar el encuentro de ida de la final de la Copa Sudamericana ante Atlético Nacional de Medellín.
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"Pudimos rescatar a cinco personas con vida y hay 76 personas fallecidas", sostuvo esta mañana el general José Gerardo Acevedo Ossa, comandante encargado de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá y de la Regional Seis.
Surgido de Nueva Chicago, Martinuccio jugó en Peñarol de Uruguay, Villarreal de España y Fluminense de Brasil, y llegó este año al Chapecoense proveniente del Ponte Preta, también del fútbol brasileño.
Chapecoense accedió a la final del torneo continental luego de eliminar la semana pasada a San Lorenzo, tras igualar como local 0 a 0, mientras que en octavos de final había dejado en el camino a Independiente en definición por penales.
