Así de lindo y cruel puede ser el fútbol. El Gifu ganaba 3-0 cuando el reloj marcaba 38 minutos del segundo tiempo. ¿Partido liquidado? Nada de eso, el Tokyo Verdy se acordó de jugar y en una ráfaga dio vuelta la historia: en el minuto cinco de adición terminó festejando el 4-3 final.
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