"Se trata de gente anónima, que gracias a un perfil creado en unos minutos tienen acceso directo a ti y pueden decirte lo que les pasa por la cabeza en ese momento. Muchos de ellos lo hacen porque apostaron a tu favor en alguna pagina web, de lo cual los jugadores no ganamos nada, porque si pese a los insultos llenásemos los bolsillos…", dice un extracto del texto que Pablo Andújar (54º en el ranking), tenista profesional, escribió en Tennistopic.com. El español de 27 años apenas tiene tres títulos en su haber (ATP 250), y nunca accedió a octavos de final de un Grand Slam.
Sales del partido. Has perdido. Lo has intentado pero se te ha escapado por muy poco. Desde la pista, llegas al vestuario y enciendes el teléfono móvil. Te llegan mensajes de ánimo de amigos y familiares que han seguido el partido. Estás fastidiado y no quieres hablar con nadie, pero entras a mirar lo que te ha escrito la gente en una red social, quizás para hacerte mas daño. No puedes creer lo que estás viendo: mensajes de apoyo de muchos, pero también insultos y más insultos de algunos.
Cansado por los insultos en Twitter, se desahogó: "Los jugadores de tenis somos personas normales como el resto y tenemos sentimientos. Más de una vez se me ha pasado por la cabeza darme de baja debido a los continuos insultos recibidos. Quizás algún día lo haga, no lo sé. Lo que está claro es que las nuevas tecnologías son muy buenas para unas cosas, pero no tanto para otras. Ojalá llegue el día en el que esos comentarios no se hagan o, como mínimo, exista una regulación que no permita a esa gentuza insultar de esa manera tan gratuita".