Fénix, el humilde club de Pilar que se pasó casi toda su vida jugando en la D, ascendió por primera vez a la B Metropolitana. Y la historia tiene una particularidad: una "bruja" le hizo cambiar el color de la camiseta, y a partir de ahí llegaron los éxitos.
Vestido de un rosa intenso, Fénix subió de la D a la C, y ahora de la C a la B Metro al ganarle 2 a 1 a Deportivo Español en la final del torneo reducido. Fueron dos ascensos consecutivos.
Los colores tradicionales del Cuervo, como le dicen, son negro y blanco. Pero en septiembre de 2011, cuando jugaba en la D, el vicepresidente César Mansilla fue a ver a una "bruja" para tratar de torcer la suerte.
"Decidí visitar a una bruja que me sugirió ponerle un detallo rosa a la camiseta. Inmediatamente hablé con la empresa que nos viste y le ordené un juego de camisetas con ese color", contó Mansilla después del ascenso.
El día del debut de la nueva camiseta Fénix metió cinco goles. A la fecha siguiente volvió a los colores de siempre y perdió. Desde entonces usó siempre la rosada y el equipo se convirtió en una máquina de ganar (23 puntos sobre 27 posibles). Así llegó el ascenso a la C.
En la temporada 2012/2013 no cambió de camiseta. Terminó quinto en la tabla general (el campeón fue UAI Urquiza) y ganó el torneo reducido eliminando a Laferrere y Español. Para Fénix todo es color de rosa.
EL FESTEJO. Más allá del acierto de "la bruja" el gran mérito fue del plantel.
