Boca está en construcción. Pero se autodestruye. Con mucha facilidad, el equipo de Carlos Bianchi demostró que no tiene razones para ilusionarse con la Copa Libertadores. Tal vez pueda apuntalar un milagro en base a su mística. Pero el Xeneize no está para pelear. Tiene errores en todas sus líneas: atrás, en el medio y adelante. En México perdió ante un ya eliminado Toluca: fue 3 a 2.
Toluca no fue arrollador, pero cuando llegó hasta el fondo lastimó. Se aprovechó de una última línea lenta, frágil y sin personalidad. Ninguno de los cuatro del fondo aprobó: todos mal. En el medio Somoza mejoró con respecto a sus últimas actuaciones, pero Erviti y Pol Fernández no lo acompañaron. Arriba, algún que otro destello de Riquelme. Desaparecidos Blandi y Martínez.
En los tres goles del equipo mexicano hubo fallas de la marca Xeneize. En los tres. Orion hasta llegó a cruzarse feo con Albín, su propio compañero, por su floja reacción en el tercer tanto rival. Lo único que se puede destacar de Boca es el lindo gol de Fernández. "No se puede jugar peor", dijo JRR tras la goleada sufrida en San Juan. Se equivocó. Hoy Boca volvió a mostrar su peor cara.
El jueves se definirá quién será el rival del Xeneize en octavos de la Copa.