Para salir campeón, se necesitaba otra actitud. Más ganas de ganar el partido. Lanús jugó un partido trascendental como un amistoso. Le faltó agresividad y explosión. No tuvo garra ni juego como para merecer festejar. El Granate perdió 1 a 0 ante River y se quedó sin título. El impulso de Ramón Díaz, que fue presentado en el Monumental, le vino bien al Millonario.
Fue un partido muy malo. Lanús no pareció un equipo con pretensiones para salir campeón. El planteo de Guillermo, con ganas de tener la pelota y explotar en el ataque, no funcionó. En el primer tiempo casi no hubo situaciones de gol. Ambos parecieron conformes con el empate. En la segunda parte, llegaron las emociones. Hubo algunas atajadas de Barovero y Marchesín. Sin demasiado, River se puso en ventaja con un cabezazo de Mora.
Ordenado y sin grandes pretensiones, River hizo negocio. Sin brillar, se mostró rejuvenecido por la llegada de Ramón Díaz, que lo vio desde la tribuna. Lanús no tuvo fuerzas para ir a dar vuelta la historia. Mucho menos cuando, en Liniers, Vélez estaba en ventaja. Le quedará gusto amargo porque, pese a hacer un buen torneo, sobre el final se quedó sin fuerza.