Era fino. Le gustaba cuidar la estética y siempre se mostraba en excelentes condiciones físicas. Gozaba de buena técnica, nunca se lo vio desbordado ni tirando golpes a los tumbos. El puertorriqueño Macho Camacho, que hoy fue declarado clínicamente muerto a los 50 años, fue un buen boxeador.
Tácticamente era inteligente pero además tenía la virtud de la guapeza. Se enfrentaba ante cualquiera, no tenía problemas en ir ante los mejores. Así fue que se midió ante grandes como Julio César Chávez (1992, derrota por puntos), Roberto Durán (1996, victoria por puntos), Sugar Ray Leonard (1997, triunfo por nocaut técnico en el quinto round) y Oscar De la Hoya (1997, derrota por puntos en decisión unánime).
Fue campeón ligero y ligero junior. Sus mejores años fueron de 1985 a 1990, cuando conquistó dos coronas y se mostró casi imbatible. Su muerte, en un extraño episodio que lo involucró en un tiroteo, será un duro golpe para Héctor Camacho Jr, su hijo, quien se entrenaba con su papá con los sueños de convertirse en un gran campeón como él.
Ante Sugar Ray Leonard
Contra Roberto Durán
Ante Oscar de la Hoya
