"¡Basta! ¡Ya está! ¡Ya está!", gritaba Darío Franco, desesperado. No quería más, quería que se acabara la pesadilla de las derrotas. Cuando el árbitro dio el pitazo final, lo festejó casi como un campeonato. Instituto le ganó 1 a 0 a Huracán, con gol de Burzio, en lo que la primera victoria de la B Nacional. La Gloria hundió al Globo, que sólo tiene 4 unidades.
Hizo todo mal el equipo de Franco, que tiene serios problemas para todo. Mereció perder y se hubiera ido con las manos vacías si no fuera por su arquero, Julio Chiarini. Antes de que empezara el segundo tiempo, la hinchada local generó violencia con bengalas y varios simpatizantes subidos al alambrado. Ante esa situación debieron enfrentarse los jugadores, consumidos por la presión y la mala racha.
Huracán, con el mismo pobre panorama, hizo las cosas mejor, pero falló en la definición. Y en la última jugada, apareció el jugador que Franco quiere como goleador para su equipo, Burzio, que aprovechó un rebote para marcar el 1 a 0 definitivo. Fue un desahogo. Una manera de salir de una situación más que complicada y de meter a su rival en otra mucho peor.
