Pocos le tenían fe. Venía de tener una gran temporada en el Querétaro de México, donde convirtió 21 goles en 37 partidos. El fútbol argentino ya lo conocía: tuvo un breve paso por Boca, donde no logró imponerse como titular por la presencia de Martín Palermo en la delantera del Xeneize. ¿Perfil bajo? No. ¿Polémico? Sí. Mucho. Carlos Bueno tiene el gen del típico futbolista uruguayo.
Estuvo a punto de no firmar para San Lorenzo por diferencias económicas en su contrato. Sin embargo todo se solucionó y mostró su felicidad: "Siempre quise volver a la Argentina. Estoy desesperado por empezar a trabajar". Y respondió como los hinchas querían: con goles importantes. Metió seis tantos en el Clausura, y salvó a su equipo del descenso directo el pasado domingo, cuando convirtió dos ante San Martín (SJ).
"Yo con Caruso no me hablo", dijo a horas del encuentro ante Instituto. Pero hoy fue clave una vez más y apareció en el esperado choque de la Promoción. Chiarini, uno de los mejores arqueros de la B Nacional, no pudo hacer nada para negar los dos gritos del uruguayo. El partido lo vivió a full: cuando se fue reemplazado arengó a sus compañeros constantemente.
Carlos Bueno dio vuelta la historia: de villano (en Boca) a héroe. Probablemente no siga en San Lorenzo el próximo semestre. Él mismo lo dijo: "Quiero irme a Peñarol". Al Cuervo le quedan 90 minutos importantísimos, y el equipo necesitará del uruguayo. ¿Se despedirá con un gol en el Nuevo Gasómetro?
