Es la casa del boxeo. En ese histórico lugar se dieron algunas de las peleas más extraordinarias, encabezadas por Jack Dempsey, Joe Louis, Rocky Marciano o Muhammad Alí. Y aunque los promotores Don King y Bob Arum llevaron los grandes combates a Las Vegas, el Madison Square Garden conserva su categoría de estadio mítico. Un grupo selecto de argentinos tuvo la posibilidad de presentarse en Nueva York. Aquí, su historia.
En 1964, un arrogante pero valiente boxeador abría el camino con una victoria a Ron Hicks. Era Ringo Bonavena, que tuvo que pelear en los Estados Unidos luego de ser sancionado por la Federación Argentina de Boxeo (FAB). Seis años después, se enfrentó a quien en ese momento era Cassius Clay (luego cambiaría su nombre a Alí). Perdió en el último round por nocaut técnico, tras caer tres veces. Pero ese día Bonavena murió de pie. Mostró un buen nivel y llegó a derribar a quien quizás haya sido el mejor de la historia.
El 30 de junio 1975, Carlos Monzón sacudiría al Garden. El santafesino defendió por undécima vez su corona, que retuvo seis años más, ante el estadounidense Tony Licata. En una gran actuación, le ganó por nocaut técnico en el décimo round. Esa misma noche, Víctor Galíndez venció a Jorge Aconcagua Ahumada, en lo que fue la primera vez que dos argentinos disputaron un título mundial.
Tras varios años de ausencia, en el 2006, el Tata Baldomir daría un tremendo batacazo, tras vencer por puntos y fallo mayoritario al estadounidense Zab Judah y obtener el campeonato welter del CMB.
El último antecedente es la pálida imagen que dejó Omar Narváez el año pasado, cuando perdió por puntos ante el filpino Nonito Donaire. El chubutense, que peleó en un peso mayor con el que consiguió su enorme invicto, tuvo un flojo combate. Maravilla Martínez combatirá también contra ese último recuerdo amargo, ante el británico Matthew Macklin, con el sueño de volver a conquistar, como lo hicieron varios otros de sus compatriotas, al histórico Madison Square Garden.
