Era el partido a ganar. Demostró actitud y, a diferencia de otros encuentros, jugó bien. Luego de una semana agitada por la marcha de los hinchas de San Lorenzo a la Plaza de Mayo, el equipo que dirige Leonardo Madelón se quedó con tres puntos de oro.
El partido no comenzó bien para el Cuervo: a los 10 minutos, y tras un grave error en la defensa, Matías Giménez apareció sólo por la izquierda y con un zurdazo cruzado abrió el marcador. San Lorenzo supo sobreponerse y, liderado por Leandro Romagnoli, supo mejorar su nivel de juego. El enganche tuvo la única clara en el primer tiempo, pero Olave le impidió el grito.
En la segunda mitad, se vio a un San Lorenzo más activo, más ansioso por el empate. A los 18, Romagnoli ejecutó un córner que Pablo Alvarado cabeceó y la mandó adentro del arco. Minutos más tarde, el Pipi fue el gran responsable de que su equipo consiga la segunda conquista. Tras una buena jugada, el árbitro cobró un penal que Néstor Ortigoza cambió por gol.
Tres puntos de oro para un San Lorenzo que venía golpeado. Sin dudas, jugó el mejor partido del Clausura y se ilusiona con continuar por este camino.
