En épocas de crisis como la que vive el Millonario, se les empieza a dar la importancia que se merecen a estos torneos que fueron alimentando la historia del club.
Corría el 20 de diciembre de 1981, cuando River volvía a coronarse como el mejor del fútbol argentino. Tras un primer semestre para el olvido, donde vio campeonar a Boca y quedó eliminado de la Copa Libertadores, en el Monumental ante Deportivo Cali, volvió la alegría a Núñez.
Con Alfredo Di Stéfano como entrenador, en reemplazo de Ángel Labruna, y con caras nuevas como la del Tolo Gallego y otras tantas borradas, River consiguió el segundo puesto en la fase de grupos, lo que le dio la clasificación a 4tos de final.
Allí, dejó en el camino a Rosario Central y luego hizo lo propio con Independiente, en semi. En la final se topó con Ferro, equipo que lideró la zona que jugó el Millonario. Pero el Millonario hizo pesar su nombre y ganó tanto de local como de visitante, ambos encuentros por la mínima diferencia.
El goleador de aquel torneo fue Carlos Bianchi (15), de Vélez.
