No hay con qué darle. En Quito caen todos. La Liga, en su cancha, se hace muy difícil. Casi imposible. Vélez salió a jugar el partido como si tuviera esos antecedentes en la cabeza. En los primeros minutos, lo pelotearon. En la segunda parte, no supo imponerse. Al final, fue derrota por 2 a 0 ante la Liga, en el partido de ida de las semifinales de la Copa Sudamericana. Hernán Barcos, los dos goles. El martes, la revancha en Liniers.
En siete partidos jugados como local ante equipos argentinos por Copa Sudamericana, Liga de Quito ganó seis y empató una sola vez, ante Boca, en el 2008. Una estadística que habla sola: el estadio Casablanca es inexpugnable.
El equipo de Bauza fue mejor a lo largo de todo el partido. Desde el primer minuto salió a atacar y a hacer diferencia. Ezequiel González fue uno de los responsables del buen juego de la Liga. El Equi manejó los tiempos del equipo, controló la pelota y distribuyó.
Pese a las situaciones del primer tiempo, los goles llegarían en la segunda parte. Barcos, a los 3 y a los 38, fue el goleador de la jornada. El equipo de Gareca fue superado y por momentos sufrió más de la cuenta. El planteo del Tigre, de superpoblar la mitad de la cancha y luchar en esa zona, no resultó y dejó a un equipo tibio con poco peso en el ataque.
No sería demasiado alocado pensar que Vélez la sacó barata, por cómo se dio el partido. El martes, en Liniers, tendrá la posibilidad de dar vuelta la historia, para mantener vivo su sueño de la Sudamericana.
