Alejandro Sabella supo imprimirle a la Selección algunas características típicas de su Estudiantes multicampeón. La Argentina no priorizó la posesión de la pelota, fue sólida en defensa y no perdonó en el ataque, con Messi e Higuaín imparables. Venció a Chile por 4 a 1, en el debut de las eliminatorias 2014. Fue el primer paso de un largo camino, pero que terminó siendo fuerte y con ruido.
El show de Gonzalo Higuaín empezó a los siete minutos del primer tiempo. En la acción del gol se dio un indicio que se repetiría a lo largo del partido: contraataques efectivos que producían daño. El Pipa puso el 1 a 0, tras recibir un buen pase de Di María.
Y luego apareció Lionel Messi. El crack rosarino puso el 2 a 0, después de definir por abajo del arquero Bravo. La sociedad Messi e Higuaín se mostró, como nunca, empática, con ganas de juntarse y aprovechar las virtudes técnicas y físicas. Entre los dos, volvieron loca a la defensa chilena.
En la segunda parte, y jugado en ir a buscar el descuento, Chile le dio espacios al ataque argentino. A los seis minutos, llegó el tercer tanto por medio de Higuaín, tras otro pase de Di María. A los quince llegó el descuento de la Roja, con un gol de Matías Fernández, tras una confusión de la defensa argentina y una mala salida del arquero. Pero Higuaín marcó el 4 a 1, tras una buena combinación con Messi y otra gran definición.
Con el resultado sellado, Sabella probó con Rinaudo y Salvio, caras nuevas que aparecieron en este ciclo. Sin ser dominante, la Argentina superó con claridad a Chile, un rival que se presentaba complicado. Terminó siendo una presentación con señales positivas, especialmente porque jugadores como Messi e Higuaín se sintieron cómodos, como cuando juegan con sus equipos. Una goleada que ilusiona.
