Al menos en la recepción de la selección argentina en Brasil, no se notó la clásica rivalidad. Es que cerca de 200 hinchas locales, muchos de los cuales llevaban camisetas o distintivos con colores "albicelestes", le dieron una agradable bienvenida al equipo en la ciudad de Belem, donde el miércoles se enfrentará a Brasil por la revancha del Superclásico de las Américas.
En un clima distendido, estos "torcedores" vivaron principalmente a los futbolistas convocados para Argentina pero que juegan en el fútbol brasileño como Pablo Guiñazú y Mario Bolatti (ambos del Inter de Porto Alegre) y Walter Montillo (Cruzeiro). Y lo llamativo es que estos hinchas locales llevaban camisetas o distintivos albicelestes, muchos de los cuales fueron adquiridos en un negocio instalado justo enfrente del hotel.
El seleccionado argentino partió en la mañana, a las 7.30, en un vuelo charter que lo dejó pasado el mediodía en el Aeropuerto Internacional de Val de Cans, donde se sumaron Guiñazú, Bolatti y Montillo (quienes eran los únicos sin la ropa oficial de Argentina).
Después, el plantel se trasladó en micro hasta el Hilton y, con evidentes muestras de cansancio, los jugadores ingresaron de a uno en el "lobby" del hotel, en una fila donde fueron vivados por los hinchas que los esperaban. Tras el almuerzo, en el lugar donde se hospedan, el plantel argentino descansó hasta las 16 y se dispuso para realizar a las 19.30 una práctica a puertas cerradas en el Estadio Olímpico de Pará (Mangueirao).
Terminada la actividad, el director técnico Alejandro Sabella dará una conferecia de prensa en el hotel Hilton. El seleccionado argentino se enfrentará el miércoles a Brasil en la revancha del partido que jugaron el pasado 14 de septiembre y en el cual empataron sin goles en la ciudad de Córdoba.