Por Fabricio Oberto
Es increíble como se dio todo desde que comencé a entrenar para este torneo.
Recuerdo que volvía de Estados Unidos a finales de febrero con una respuesta positiva sobre mi “coure”, y ya comenzaba a entrenar con un único objetivo, llegar a Mardel lo mejor posible.
Sabía que el camino no iba a ser fácil, todo lo contario. A toda la gente (mucha) que me ayudó, quiero hacerles llegar en estas humildes líneas mi total y permanente agradecimiento.
Desde ese momento, desde esa decisión tan importante en mi vida, hasta este partido con Puerto Rico que fue mi primer partido oficial, tan esperado les hago llegar mi gratitud.
Después de tanto tiempo volví. En la Selección, los que trabajaron enormemente para recuperarme de la lesión, saben muy bien quiénes son. No hace falta que los nombre.
LA PREVIA A LA GRAN NOCHE
El día fue tranquilo, con un entrenamiento matutino, estudiando lo que hacía Puerto Rico. Luego fuimos a almorzar. Después, otra vez tratamiento y una buena siesta. Todo el día estuve mentalizándome para que toda la energía de la gente me sirviera para bien. Y que cuando me tocara entrar a jugar, fuera para sumar para el equipo. Es que, sin dudas, lo más importante es que Argentina gane. Eso explotó todo el día en mi cabeza.
Después de la siesta, mucha música ayudó bastante. Y pese a que me levanté un poco antes del llamado, no desperté a mi compañero de habitación. Tampoco me pude robar unos mates en lo de Paolo y Martín, ayer pase por ahí… Ahora, a no mover el mate... jejeje! Pura técnica y estilo Paolo.
EL MOMENTO DE LA VERDAD
Salimos para la cancha. Y como es clásico, en el trayecto escuché un poco de música para entrar en clima. Ya presentíamos cómo iba a estar la cancha, y queríamos estar ahí compartiendo el cariño y la energía que nos transmite la gente.
Lo del himno fue tremendo, increíble. No hay sonido como el de ese instante. ¡¡¡Qué momento !!!! Difícil de describir.
Una de las sensaciones más lindas que te pueden tocar cuando se ve a tanta gente cantándolo o coreándolo, como se hace ahora (¡qué bueno que está…!). Te hace perder donde estás, y apenas termina, tenés que enfocarte al toque para jugar.
ENTRAR A LA CANCHA ES TREMENDO
Y por último, el momento, cuando me llamó Julio para entrar a la cancha, “tremendo”, traté de mantenerme al margen de todo, porque tenés tantas cosas en la cabeza: desde tácticas, técnicas y horas y horas de trabajo para este esperado debut en el torneo, que se te viene todo de golpe a la cabeza.
Ayer lo puse en un tweet, me quedo corto con toda palabra que le diga a la gente. Agradecimiento, emoción, cariño. Eso es todo lo que uno puede sentir en ese momento…GRACIAS, MUCHAS GRACIAS.
Y ahora, a seguir sumando para el equipo, hoy pasamos una buena prueba, vienen varias, igual o más duras, pero hay que seguir trabajando para mejorar. Vamos por buen camino. Nos reencontraremos pronto. Hasta la próxima.