Los datos de la victoria de Rafael Nadal sobre Pablo Andújar en segunda ronda (7-5, 6-3 y 7-6 en 3horas y 18 minutos) pintan un triunfo oscuro muy trabajado y con poca inspiración. El número uno del mundo volvió a transpirar más de la cuenta para avanzar a tercera ronda de Roland Garros, esta vez ante su compatriota Pablo Andújar, número 48 del ránkimng.
De nuevo, Nadal jugó mal. Su derecha carece de la profundidad necesaria para enfrentarse a los mejores del circuito, y su saque no sirve más que como punto de inicio de la jugada.
Más que un paso hacia delante tras su partido con el norteamericano Isner, Rafa volvió a dejar muchas dudas, y Andújar lo exigió más de lo que todos hubiesen imaginado.
Nadal tendrá que mejorar a medida que pasen las instancias, de lo contrario será difícil que pueda defender con éxito la corona conseguida el año pasado, y que ya había ganado en 2005, 2006, 2007 y 2008.