La llamita de Quilmes sigue encendida. Ese fuego interior le permitió ganarle por 2 a 0 a Racing y lo mantiene vivo en la lucha por la permanencia. En cambio, la Academia prácticamente resignó sus chances de luchar por el título del Clausura.
El Cervecero no tenía margen de error, porque cualquier otro resultado lo habría dejado al borde del descenso. En cambio, los tres puntos le dan una esperanza de poder alcanzar a Huracán y Gimnasia y evitar el descenso directo.
El equipo de Ricardo Caruso Lombardi sigue último en el promedio, y necesita seguir ganando para descontar la ventaja que todavía le llevan el Globo y el Lobo. Pero nada está perdido.
En cambio, Racing ya no sueña con el título y quedó preso de su propia irregularidad (ganó siete, perdió siete y empató uno). Sin Teo Gutiérrez y Lugüercio, los dirigidos por Russo no tuvieron poder ofensivo y no pudieron quebrar a un Quilmes muy combativo.
Primero el uruguayo Cauteruccio con una media vuelta, y luego Miguel Caneo con un remate rasante, anotaron los goles del triunfo.
El hecho curioso de la tarde fue que el arquero paraguayo Roberto Fernández se lesionó en el calentamiento previo dentro de la cancha, y Russo tuvo que poner a Jorge De Olivera como titular. Y mandó a llamar a Mauro Dobler, el tercer arquero, que estaba en La Plata. El pibe no estaba concentrado, y como la Reserva se había suspendido, ni siquiera estaba en la cancha. Por eso llegó con el partido comenzado, y durante unos cuantos minutos la Academia no tuvo "guantes" de reemplazo.