Para los qataríes, la carrera de camellos que comenzará este viernes a las 6 es más importante que la final del Mundial que se disputará el próximo 18 de diciembre en el Lusail Stadium.
La comparación no es exagerada ni pretenciosa. Los locales viven las competencias con un fanatismo sin igual: una pasión que ningún otro deporte despierta en Qatar. La locura por los camellos es tal que eligen despertarse temprano para vivir las carreras desde sus camionetas, a la par de las pistas, mucho antes de que aparezca el sol.
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“Este es un tipo de cultura de la gente de Qatar. Está relacionado a cómo los árabes trataban a los camellos cuando estaban en el desierto. Por eso estas carreras son parte de nuestra cultura, no solo de Qatar, sino de todos los árabes”, explicó Khaled, anfitrión del Hospitality de Al Shahaniya, predio en el que se desarrollan las carreras.
Las mismas comenzaron, de manera profesional, en 1972. Todo lo que sucede con el deporte ocurre en Al Shahaniya: las competiciones, los entrenamientos, la alimentación de los animales y hasta la transmisión en vivo de la TV (canal exclusivo), que tiene montado un centro de operaciones para que eso ocurra.
Los torneos nacionales e internacionales se llevan a cabo todos los viernes, de octubre a febrero, con eventos importantes como la carrera principal de HH the Emir, que desarrolla entre marzo y abril. Los meses en los que compiten son una casualidad: se trata de la franja anual con mejor clima para cuidar la salud de los camellos.
“En este momento las carreras comienzan en dos turnos. Una a las 6:00 y otra a las 13:00. Los turistas pueden venir aquí, acceder gratis, y hasta subirse a un bus que les permite seguir las carreras detrás de las camionetas de los dueños de los camellos”, explicó Khaled.
Quienes no conozcan este fenómeno pueden contratar una excursión que brinda muchos detalles acerca de esta actividad y también ofrece la posibilidad de vivir de cerca estas carreras que no admiten apuestas, pero sí entregan premios millonarios.
“El campeón puede ganar un millón y medio de riales qataríes (137.000.000 de pesos argentinos). El subcampeón un millón (92.000.000 de pesos argentinos) y el tercero alrededor de 200.000 (18.500.000 de pesos argentinos)”, precisó Kahmed.
El anfitrión detalló que la pasión por este deporte se transmite entre generaciones y que los jóvenes “están muy emocionados” con ser parte de esto.
El cuidado de los camellos y el uso de motores para impulsarlos
Luego de lo que los cuidadores y entrenadores sacan a los camellos de los corrales, los trasladan a pie hasta un sector lindero a las pistas en donde los visten con sus mantas, les colocan los motores, una suerte de robot encima del lomo, que aplican un látigo con antena y chequean las disposiciones y la salud de los animales.
Khaled ahondó acerca de los motores que los camellos cargan en sus lomos: “Permiten que corran más rápido. A la máquina se le coloca una especie de capucha y siente el golpe para que acelere mientras está corriendo”.
Según se explica en sitios oficiales que describen la actividad, los camellos de carreras pueden correr a velocidades de hasta 64 km/h en carreras cortas y continuar a 48 km/h durante 60 minutos. El operador, encargado de aplicar el latigazo, le ordena al jinete que tire de las riendas o le grite al camello a través de un altavoz incorporado.
Khaled reconoció que tener un camello -cuidarlo y hacerlo competir- requiere una gran inversión económica, por lo que los dueños de los animales son propietarios de gran poder adquisitivo que no participan para ganar más dinero si no para cuidar a los animales y competir.
Ana, guía turística que acerca extranjeros a conocer este deporte, indicó a TN: “Cada familia tiene su manada de camellos. Y cada camello su vestimenta. Las carreras ofrecen premios muy grandes, es lo que se vive aquí”.
A bordo de su camioneta, un saudí llegó hasta el predio para ver competir a los 26 camellos que actualmente posee. Él detalló que hay carreras de cuatro, cinco, seis y ocho kilómetros. “Esta última es la más larga, durante 12 minutos y medio o casi 13 minutos”.
También indicó que si la función de la jornada es únicamente entrenarlos y prepararlos, él puede llegar a pasar ahí cerca de tres horas para supervisar las tareas. “Cuando corren nos quedamos todo el día”, sentenció a TN.
“Aunque hay asientos a la sombra disponibles en la tribuna, los visitantes pueden hacer lo que hacen los locales y seguir las carreras conduciendo su automóvil por la carretera que corre paralela a la pista. Incluso cuando no hay carreras, los invitados pueden pasar cualquier mañana y ver el entrenamiento de los camellos”, enfatiza el sitio Visit Qatar.
“Como les dije, el camello es parte de nuestros hábitos. Están con los árabes desde siempre, es parte de nuestra historia. Los camellos permitieron el comercio entre lugares inmensos. Además, pueden resistir el calor y la sed, es por eso que los cuidan por un solo motivo: mantener la cultura para las próximas generaciones”, completó Khaled.
Fotos y video: Lele Heredia
Edición: Nadina Barello.
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