Si George Weah no hubiera nacido en Liberia, un país de extrema pobreza y prácticamente ajeno al universo futbolístico, con su estirpe goleadora seguramente habría dejado una huella profunda en alguna Copa del Mundo. Podría haber sido en Estados Unidos 1994, en Francia 1998 o incluso en Corea-Japón 2002, pero sus orígenes fueron una barrera infranqueable para el talento de la “Pantera Negra”.
Fuera del Olimpo mundialista, Weah lo tuvo todo: una carrera brillante cargada de títulos y honores en varios de los clubes más importantes de Europa. Empezó a hacerse un lugar en la élite en el Mónaco; en 1992 lo fichó el Paris Saint Germain (allí ganó una Copa de Francia y una Copa de la Liga). De allí saltó al Milan italiano, donde conquistó dos scudettos y un hito hasta el momento irrepetible: logró el Balón de Oro en la temporada 1995, siendo el único jugador africano en conseguirlo.
En aquella segunda mitad de los años 90 se vio la mejor versión de Weah, un delantero de 1,82 metros, atlético y poderoso, que puso de rodillas a los grandes equipos europeos y se llevó el trofeo más preciado para un futbolista. En la curva descendente de su campaña paseó sus goles por el Chelsea, Manchester City y Olympique de Marsella, antes de retirarse en 2003 luego de recalar en otros clubes menores.
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El máximo ídolo africano tampoco tuvo límites tras dejar el fútbol y perseveró hasta cumplir con el deseo de ser presidente de Liberia. Su objetivo político comenzó sólo unos meses después de su retiro, pero debió transitar por dos intentos fallidos (en 2005 y 2011) para finalmente imponerse en las elecciones de 2017 y acceder a la presidencia de su país.
Timothy Weah, el heredero que juega para Estados Unidos
Hijo de George y de Clar Marie Duncan Weah, Timothy es el menor de sus hermanos, George Jr. y Tita. Y lleva el peso del apellido dentro de una cancha de fútbol, tal vez porque es quien más se le parece al legendario delantero del Milan, por su velocidad y destreza física.
Nacido el 22 de febrero de 2000 en Nueva York, Timothy acaba de lograr lo que su padre no pudo y siempre soñó: jugar un Mundial. Y lo consiguió con un debut goleador al marcar el tanto con el que Estados Unidos empató 1-1 con Gales en su primera presentación en Qatar 2022.
Bajo la atenta mirada de la “Pantera Negra”, Timothy dio sus primeros pasos en el fútbol en el Rosedale Soccer Club, un club de Michael Weah, su tío. A los 10 años, el joven que ya empezaba a deslumbrar pasó al club de la Academia de Desarrollo de Fútbol de Estados Unidos, donde jugó durante tres temporadas. Con 13 años fue transferido a la academia New York Red Bulls. En aquellos años, además, tuvo una prueba en el Chelsea, a partir del paso por allí de su padre.
Su parecido físico, sus cualidades y el peso del apellido parecían marcarle a Timothy un camino similar al de su padre. Tal es así que en 2014 se mudó a la Academia del PSG, otro de los clubes que supo vibrar con Weah padre. La dirigencia del club parisino le ofreció un contrato a partir de junio de 2017.
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Para entonces el PSG empezaba a poblarse de superestrellas, con Ángel Di María, Mbappé y Neymar (su gran ídolo además de su padre), entre otros. “Tomamos la decisión con mi madre de fichar en París porque mi padre había jugado allí, porque yo tenía familia allí y porque sabía que el presidente era una buena persona. Cuando llegué, estaba Zlatan, Di María, Thiago Silva. Jugadores que vi en la televisión. Para mí fueron modelos a seguir”, contó en una entrevista Timothy.
Y agregó: “Cuando me entrené con él (por Neymar) por primera vez, fue una locura, realicé mi sueño. A los 18 ya tienes esta oportunidad, fue increíble”.
Con pocos minutos en cancha, Tim Weah fue cedido a préstamo al Celtic escocés. Pero antes de su desembarco recibió una tentadora oferta: jugar para Estados Unidos, donde ya había participado en el Campeonato Sub-17 de la Concacaf y la Copa Mundial Sub-17 de la UEFA disputada en la India.
Así, finalmente el 27 de marzo de 2018 debutó con la Selección mayor de Estados Unidos en un partido amistoso ante Paraguay, que su equipo ganó por 1-0. El joven de 18 años ingresó por Marky Delgado a cuatro minutos del final y se convirtió así en el primer jugador nacido en la década de 2000 en sumar minutos para el seleccionado estadounidense.
Su primer gol llegó en otro amistoso, esta vez ante Bolivia, el 28 de mayo de 2018. Ese tanto le valió otra marca: ser el cuarto jugador más joven en anotar para los Estados Unidos.
Actualmente, Timothy Weah juega en Lille, en la Ligue 1 de Francia, donde también alimenta su otra pasión, el trap. De hecho, en su casa tiene montado un estudio de grabación que usa en sus tiempos libres. George, su padre, lidia con la gestión de un país lleno de carencias, una economía frágil y un incierto escenario electoral de cara a 2023.
Mientras tanto, en Qatar, un Weah empieza a saldar una deuda pendiente en la historia de los mundiales.
