Sergio Javier, Carlos Ángel y Sergio Román. Hombres de guantes llevar, que lograron, cada uno en su momento, que un penal atajado se gritara tanto o más que un gol. Goyco, Roa y Romero, las manos argentinas que los convirtieron en héroes mundiales.
Lo hicieron a través de sendas definiciones de partidos decisivos con tiros desde el punto penal, después de que la Selección Argentina no pudiera romper el empate con sus rivales ocasionales. Italia en 1990, Francia en 1998 y Brasil en 2014 fueron los escenarios donde los guardametas nacionales fueron mucho más que los custodios de los tres palos.
Las manos mágicas de Goyco
En el Mundial de Italia 90, Sergio Goycochea se convirtió definitivamente en Goyco, quien tocó el cielo con los guantes. El escenario de una de las semifinales de la Copa del Mundo de 1990 fue el estadio San Paolo de Nápoles, donde Diego Maradona por primera vez no se sintió tan local como siempre sobre el césped en el que llevó a la gloria al postergado Napoli. Italia, con la chapa del local, esperaba a la Argentina, que ya venía de eliminar por penales a Yugoslavia en Florencia.
En ese encuentro ya se había lucido el por entonces arquero de River, reemplazante desde la segunda fecha de Nery Pumpido, quien debió salir por una fractura. En el San Paolo, el partido terminó 1-1, con los goles de Salvatore Schilacci y de Claudio Caniggia, tras centro de Julio Jorge Olarticoechea. Otra vez, el equipo dirigido por Carlos Bilardo debía jugarse la clasificación en los penales.
Empezó Italia con los remates. El primero fue Franco Baresi. Luego igualó José Tiburcio Serrizuela. Por los locales convirtió Roberto Baggio, y le siguió el gol de Jorge Burruchaga. Luigi De Agostini adelantó a la Azzurra, pero el Vasco Olarticoechea puso el 3-3. Llegó el turno de Roberto Donadoni, y fue la primera aparición estelar de Goycochea, quien contuvo el derechazo. Convirtió Diego Maradona (que venía de fallar ante los yugoslavos) y la serie se cerró con la atajada de Goyco a Aldo Serena.
La corrida final de Goyco en busca de sus compañeros fue la misma que en la ronda anterior con Yugoslavia, cuando también atajó dos penales para el pase del equipo de Carlos Bilardo. En la final contra Alemania, cerca estuvo de atajar el penal pateado por Andreas Brehme…
Lechuga Roa, el héroe contra Inglaterra
En el Mundial de Francia, en 1998, se dio otro clásico con Inglaterra; a diferencia de lo sucedido 12 años antes, se dio por los octavos de final y no en cuartos, como había ocurrido en México. Se trató de un duelo marcado por lo que significa mucho por lo futbolístico y por lo que se vivió años atrás en materia política y bélica entre los dos países.
Fue un partido electrizante con cuatro goles en el primer tiempo de un encuentro que terminó 2-2. En Argentina había figuras como Gabriel Batistuta, Javier Zanetti y Diego Simeone, mientras que los ingleses contaban con delanteros de peso como Alan Shearer, David Beckham y el joven Michael Owen.
En la definición por penales se destacó el arquero Carlos Roa, quien le atajó a Paul Ince y a David Batty. El equipo de Daniel Passarella pasó a los cuartos de final con el triunfo 4-3 gracias a los remates convertidos por Sergio Berti, Juan Sebastián Verón, Marcelo Gallardo y Roberto Ayala (sólo falló Hernán Crespo).
La noche consagratoria de Sergio Romero
En el Mundial de Brasil 2014, la Selección Argentina protagonizó otra definición por penales y también para lograr el pasaje a la final. Fue en el estadio Arena Corinthians de San Pablo frente a Países Bajos. El equipo dirigido por Alejandro Sabella no había necesitado hasta allí del desempate pero tampoco le había sobrado nada, tanto que había ganado sus cinco partidos previos por la mínima diferencia: Bosnia (2-1), Irán (1-0), Nigeria (3-2), Suiza (1-0) y Bélgica (1-0).
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Países Bajos, después de ganar con holgura su grupo (aplastó 5-1 a España, por caso), en la instancia de playoffs la tuvo más difícil, tanto que superó con lo justo a México (2-1) y tuvo que llegar a los penales contra Costa Rica. Ante Argentina, Javier Mascherano se jugó el cuerpo para salvar la caída del arco ante un remate de Arjen Robben, pero las luces se las iba a llevar Sergio Romero.
Fue el Jefecito quien acuñó otra frase emblemática que captaron las cámaras de TV. Se puso cara a cara con Romero y le dijo “hoy te convertís en héroe”. Y vaya si lo hizo: el primer remate, de Ron Vlaar, el ex arquero de Racing lo atajó volcando el cuerpo a su izquierda. Con Wesley Sneijder fue hacia el otro lado en el tercer penal, para atajar el disparo a media altura. Los argentinos convirtieron todos: Messi, Ezequiel Garay, Sergio Agüero y Maxi Rodríguez. Pero el héroe, como había anunciado Masche, había sido Chiquito Romero.
