Tras la victoria de la Selección Argentina ante Nigeria por 2-1, que le daba el pasaje al equipo dirigido por Alfio Basile a los octavos de final del Mundial, una enfermera se llevó de la mano a Diego Armando Maradona para realizar el típico control antidoping. Pelusa, el 27 de junio de 1994, supo que había dado positivo por consumo de efedrina. Julio Humberto Grondona, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), ya había olido que algo andaba mal; se realizó la señal de la cruz poco después de enterarse de que el 10 había sido sorteado para llenar con orina el frasco destinado al procedimiento.
La reacción de Grondona: la anécdota de Joseph Blatter
Aquella anécdota la contó Joseph Blatter, el histórico mandamás de la FIFA, en el marco de un documental llamado “Maradona confidencial”. Grondona había tenido una insólita reacción que hacía presagiar lo peor: “Recuerdo lo que hizo en ese momento. Dijo: ‘que Dios nos ayude’. Fue un momento de dudas porque había miedo de que se derrumbara la Copa del Mundo”.
Ocurre que la Selección Nacional aparecía como uno de los máximos candidatos a alzarse con el título. Luego de acceder a la cita máxima a través de un repechaje tortuoso frente a Australia, el regreso de Diego Maradona llenó de esperanzas a un plantel repleto de estrellas, que goleó 4-0 en el debut a Grecia.
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El partido contra Nigeria, en la segunda jornada del grupo, había sido parejo y disputado, pero una genialidad de Diego destrabó el resultado. Por ello, cuando la delegación albiceleste informó que uno de los futbolistas iba a quedar marginado por el dopaje, hubo zozobra.
La reacción de Grondona: el error de Daniel Cerrini
En primera instancia, se creía que el damnificado había sido el defensor Sergio Fabián Vázquez, pero pronto descubrieron que se trataba de Maradona. El ídolo del Napoli había contratado a un personal trainer individual, Daniel Cerrini, que le había entregado una serie de pastillas de venta libre que servían para adelgazar; el profesional, sin intención, confundió el suplemento “Ripped Fast” por el “Ripped Fuel” que contenía efedrina en su interior. Por ello, y ante las dudas sobre los pasos a seguir, el astro consultó con su preparador físico Fernando Signorini.
“Tomate un avión hasta el fin del mundo porque está llegando Don Diego y la vas a pasar mal”, sentenció Signorini, que había acompañado al 10 por sus travesías en Barcelona y en Italia. La situación era tan compleja que Grondona había decidido marginarlo del plantel por una decisión autónoma.
Blatter, de todas formas, aseguró que el hecho pasó inadvertido para los norteamericanos: “Temíamos que una conferencia de prensa conjunta pudiese echar por tierra todo lo que habíamos construido, pero para ellos era como si no hubiese pasado nada”.
La reacción de Grondona: la frase del 10 que pasó a la historia
Curiosamente, y a una semana de la primera presentación del seleccionado, uno de los doctores del equipo, Ernesto Ugalde, había hablado con el jerarca de la AFA y le había exigido realizar un “antidóping sorpresa” para evitar inconvenientes. Aquella determinación, que finalmente quedó desestimada, habría salvado al 10. Después, en el marco de una conferencia de prensa propuesta por el mejor de todos los tiempos, quedaría para la posteridad una de sus frases más remarcadas: “No quiero dramatizar, pero juro que me cortaron las piernas”.
El dirigente suizo, que en aquel momento era secretario general de la FIFA, advirtió que la intención de Joao Havelange, mandatario en aquel entonces, nunca había sido suspender al combinado nacional completo: “Se sancionaba únicamente al jugador; eso fue así en esos tiempos y es así ahora. Yo estuve en el centro de esa decisión, porque es un asunto del que se tiene que ocupar la administración de la entidad”.
