Allá va, en el aire, volando en puntas de pie después del pase maravilloso inventado por Diego Maradona entre mil piernas alemana. El “Tanque” Briegel lo corre desde atrás, como una locomotora, pero nunca llegará a evitar ese remate cruzado que todavía hoy se grita. Los brazos abiertos son los de Jorge Burruchaga, quien hoy cumple 60 años, el autor del gol más importante de la historia de la Selección Argentina.
Con humildad y sinceridad. Así el entrerriano definió aquel momento: “El gol a Alemania cambió mi vida interiormente. Podía mirar al espejo y decir que soy campeón del mundo. Ese es el mejor regalo que me dio el fútbol. Nos pusieron en un lugar de que lo ganó Diego y los demás estábamos pintados, pero un equipo se arma con un fenómeno como lo fue él y como lo es Messi, y después tenés que tener un equipo. Ese gol es el gol más importante de la historia del fútbol argentino“.
Hay alguien a quien ese gol todavía le duele. Hans-Peter Briegel, el “Tanque”, lo admite. “Recuerdo permanentemente esa final, porque aquí antes de las Eurocopas y los Mundiales, se muestra siempre la misma escena del partido: la de Burruchaga yéndose solo al arco y yo corriendo por detrás, je. El partido suele reducirse a eso, aunque fue un muy buen partido en general. Pero esta escena quedó y creo que me acompañará el resto de mi vida”.
Jorge Burruchaga, el crack que se hizo de abajo
La foja de servicios de Jorge Luis Burruchaga puede resumirse de la siguiente manera: nació en Gualeguay, Entre Ríos, el 9 de octubre de 1962; fue un futbolista excelso, que supo desempeñarse en varios puestos. Se formó en Arsenal de Sarandí, de ahí pasó a Independiente, dio el salto a Francia para vestir las camisetas del Nantes y el Valenciennes, y regresó al Rojo para retirarse.
También fue entrenador. Ya retirado del banco de suplentes, en marzo de 2020 fue nombrado director deportivo de Independiente, club en el que supo ganar trofeos importantes en su época como jugador. Renunció al cargo en diciembre del mismo año después de varios desplantes de la dirigencia encabezada por el clan Moyano.
Con la Selección Argentina ganó el Mundial 1986 y fue subcampeón en Italia 1990. Con Independiente ganó la Copa Libertadores de 1984 y la Copa Intercontinental de 1984. En mayo de 2017 fue nombrado director deportivo de la selección argentina de fútbol.
Jorge Burruchaga y aquella final en el Azteca
Los momentos posteriores al gol mágico a Alemania en México también le quedaron grabados. “Me acuerdo de que venía el Checho caminando y parecía un elefante, ja. Yo estaba arrodillado mirando al cielo agradeciendo y es como que vi a Jesús porque se me agacha, con la barba que tenía y la cara era igual”, contó Burru.
En aquella final, Argentina se puso en ventaja por 2-0 con goles del Tata Brown y Jorge Valdano, pero Alemania lo empató por Karl-Heinz Rummenigge y Rudi Völler a los 81 minutos, sin embargo, 120 segundos más tarde, Burruchaga sentenció el 3-2 definitivo.
“Cuando nos empatan, Diego venía puteando. Íbamos juntos a sacar del medio. Lo miro a Jorge (Valdano) y le digo ‘ahora vamos y los ganamos’ y Diego decía ‘sí, lo vamos a ganar’”, recordó.
“Esa noche, Aerolíneas Argentinas puso un avión para que volviéramos. Salimos a la madrugada de allá y viajamos sin dormir. El viaje fue maravilloso, veníamos con la Copa del Mundo, que nadie pensaba que la podíamos ganar“, añadió.
Además, alguna vez aseguró que “si Argentina ganaba la final del Mundial 2014 se hubieran olvidado de nosotros. Cuando la ganamos nosotros por ahí se acordaban menos de los del ‘78. Pero ojalá hubiera ganado en Brasil”.
Jorge Burruchaga y su relación con Diego
El 25 de noviembre de 2020, cuando el mundo lloró la muerte de Diego Maradona, Jorge Burruchaga estaba sentado alrededor de una mesa de un hotel de Montevideo. Delante del plantel y del cuerpo técnico de Independiente, Burru lloró la muerte de su capitán. Esa noche, Independiente jugaría contra Fénix de Uruguay por la Copa Sudamericana.
Al otro día, apenas aterrizado en Ezeiza, Burru fue a despedir a Diego, como miles de argentinos. Nunca fueron amigos y hacía rato que no tenían contacto.
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“La última charla que tuvimos con Diego me acuerdo que le escribí y me llamó. Habrá durado 15 o 20 minutos a la medianoche. Esa fue en vida la última vez que hablé con él. Lo encontré en un momento que tenía ganas de charlar. Nos hizo creer que era inmortal, que ya no esté más entre nosotros es increíble, parece irreal. Por algo Dios se lo llevó, por ahí para estar tranquilo, en esa paz que quería y que quizás no tenía en vida”, concluyó el autor del gol más importante de la Selección.