River atraviesa un proceso de transformación deportiva y dirigencial que tendrá impacto directo en la estructura contractual del plantel. En una reunión de Comisión Directiva, el presidente Stefano Di Carlo comunicó que los contratos que se firmen a partir de 2026 adoptarán un esquema diferente al utilizado hasta ahora: se basará en un monto fijo y otro ligado a la productividad.
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El presidente informó que el salario de los futuros refuerzos y de los juveniles que firmen su primer acuerdo profesional combinará un monto fijo que no superaría el 70% del total y otra parte variable sujeto al rendimiento. La intención es que la remuneración final dependa del rendimiento demostrado dentro de la cancha.

La evaluación contemplaría indicadores como la cantidad de partidos disputados, parámetros físicos asociados a la masa muscular, producción ofensiva en el caso de los delanteros y logros deportivos del equipo. Cada contrato tendría requisitos adaptados al puesto y a la jerarquía del futbolista.
La medida apunta a reducir la carga salarial y evitar situaciones en las que jugadores con escasa participación mantengan sueldos elevados. La dirigencia busca prevenir que futbolistas sin lugar en la consideración del entrenador permanezcan en el club simplemente por la diferencia económica respecto de otras instituciones.
Los contratos vigentes no se verán afectados, ya que la reforma no aplica de manera retroactiva. La confirmación se conoció apenas un día después de la eliminación del equipo y del cierre de una temporada adversa.
La dirigencia entendió que, con un gasto anual cercano a los 100 millones de dólares en sueldos, era necesario fijar un límite para ordenar las cuentas. La decisión habría sido consensuada previamente con Marcelo Gallardo, quien deberá armar el plantel para la temporada 2026.


