Leandro Paredes se desvinculó de la Roma de Italia y este miércoles llegó al país para concretar su ansiado regreso a Boca, el club de sus orígenes, después de once temporadas y media en el exterior. Con 31 años y en plenitud física, el mediocampista llega como una figura consolidada de la Selección argentina, con la que se consagró campeón del mundo y bicampeón de América.
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El Mundo Boca se revolucionó con la confirmación de su vuelta, que se había frustrado a principios de año, en el anterior mercado, y que tuvo una negociación con vaivenes en el actual hasta finalmente hacerse posible por el deseo de todas las partes.
Paredes aterrizó en Ezeiza a primera hora, pasó por el predio de la AFA y se dirigió a una clínica para iniciar los estudios médicos que se completarán por la tarde en el club.

Este jueves, después del entrenamiento del plantel en el estadio, del que será parte, el ídolo de Boca tendrá su presentación a puertas abiertas en la Bombonera. La convocatoria remite al regreso de Carlos Tevez en 2015, semanas después de haber llegado a la final de la Champions League con la Juventus.
Para alimentar la ansiedad, el club publicó un video que anuncia la presentación de Paredes, sin nombrar al jugador, pero con un guiño inconfudible. La grabación muestra una camiseta de Boca colgada en el vestuario y un pote de caramelos Sugus (azules y amarillos) para que el futbolista mantenga la rutina que popularizó con la Selección argentina en el Mundial de Qatar 2022.
La “cábala de los caramelos”: el guiño de Boca a Leandro Paredes
La famoso ritual de la Selección nació durante la Copa América 2021 y tiene a Paredes como uno de sus protagonistas. Todo comenzó cuando Emiliano “Dibu” Martínez, fanático de las golosinas, le pidió a su hermano que le enviara caramelos Sugus al predio de Ezeiza durante la burbuja sanitaria por la pandemia. Rápidamente, Paredes, Rodrigo De Paul y el “Papu” Gómez descubrieron el botín dulce y lo convirtieron en un ritual previo a los partidos.
La costumbre se formalizó antes del duelo con Ecuador por los cuartos de final de esa Copa América. Ese día, los tres salieron juntos al campo de juego, recorrieron el estadio, sacaron fotos, bromearon y, como toque final, comieron los caramelos. El equipo ganó 3 a 0 y desde entonces el gesto se repitió partido tras partido, como una cábala inamovible.
Paredes se volvió un engranaje clave de ese ritual compartido hoy solo con De Paul tras la salida de “Papu” Gómez del plantel. La costumbre no solo se limita al estadio sino que también se replica en las concentraciones.