Cristiano Ronaldo es una de las máximas leyendas del fútbol, un deportista que marcó una era con su talento, disciplina y hambre de gloria. Sin embargo, detrás de su éxito, hay una historia familiar marcada por la adversidad. Su padre, José Dinis Aveiro, fue un soldado portugués que combatió en África y que, tras años de lucha contra sus propios demonios, murió por el alcoholismo.
Su historia de vida, atravesada por la guerra y la pobreza, dejó una huella imborrable en el astro portugués, quien aún lamenta no haber podido conocerlo completamente. José Dinis Aveiro nació en Madeira y, como miles de jóvenes de su generación, fue enviado a luchar en la guerra colonial de Angola.
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En plena dictadura de António de Oliveira Salazar, Portugal intentó frenar la independencia de sus colonias en África, forzando a miles de ciudadanos a combatir en un conflicto sangriento y desigual. Durante su estadía en el continente, enfrentó condiciones extremas: hambre, enfermedades y una constante sensación de abandono por parte de su propio país.
La falta de agua potable lo llevó, como a muchos de sus compañeros, a recurrir a la cerveza angoleña Cuca para hidratarse, un hábito que, con el tiempo, se transformó en una dependencia difícil de superar. El regreso a Portugal no fue el esperado. Sin ayuda del Estado ni oportunidades laborales, Aveiro sobrevivió con trabajos precarios.
Consiguió empleo como jardinero y, más tarde, se convirtió en encargado de los vestuarios del modesto club Andorinha, donde su hijo comenzó a dar sus primeros pasos en el fútbol. La humilde labor de su padre fue motivo de burlas por parte de los compañeros del joven talento, pero en lugar de desmotivarlo, alimentó la competitividad que lo llevaría a lo más alto.
El paso por la guerra dejó secuelas emocionales en él, y la falta de apoyo lo empujó al alcoholismo. Su adicción lo convirtió en un hombre distante, pero nunca agresivo con su familia. En 2005, a días de cumplir 52 años, murió en Londres a causa de una insuficiencia hepática. Cristiano, que en ese momento jugaba en el Manchester United, intentó ayudarlo durante años, pero no logró revertir su destino.
El dolor de Cristiano Ronaldo por la trágica pérdida de su padre
“Realmente no conozco a mi padre al cien por cien”, confesó en una entrevista con Piers Morgan, donde se mostró visiblemente emocionado al ver imágenes inéditas de su progenitor. “Lamento que haya llegado a ser el número uno y él no lo viera”, agregó, dejando en claro la marca que su ausencia dejó en su vida.
La muerte de su padre fue un punto de inflexión para el delantero. Su promesa de convertirse en el mejor del mundo se materializó en 2008, cuando ganó su primera Champions League y su primer Balón de Oro. Desde entonces, ha construido una carrera impecable, con múltiples títulos y récords, pero siempre con la sombra de ese vacío familiar.
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La difícil relación con su padre influyó en muchas de sus decisiones personales, incluyendo su rechazo al alcohol. Mientras que muchas estrellas del deporte suelen ser imagen de marcas de bebidas alcohólicas, Ronaldo se ha mantenido firme en su postura, una forma de homenajear a quien le dio la vida y evitar caer en los mismos errores.
En contraste con la ausencia paterna, la madre del futbolista, Dolores Aveiro, fue una figura fundamental en su desarrollo. A diferencia de José Dinis, ella ha estado presente en cada uno de los momentos clave de su carrera y sigue siendo una de sus principales apoyos. A sus 70 años, Dolores continúa acompañándolo y ha sido una pieza clave en la crianza de sus hijos, consolidando un vínculo inquebrantable con su familia.
La historia del padre de Cristiano es un reflejo de la dura realidad que vivieron muchos veteranos de guerra portugueses, olvidados por su país y consumidos por la desesperanza. Su tragedia personal, sin embargo, fue el motor que impulsó a su hijo a desafiar el destino y convertirse en uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos. Hoy, Ronaldo es sinónimo de éxito y perseverancia, pero detrás de su brillo, siempre quedará el recuerdo de un padre que no pudo ver hasta dónde llegó su legado.