Las historias, anécdotas y mitos urbanos que rodean a Diego Armando Maradona son incalculables e increíbles. Incluso aquellos que no lograron conocerlo personalmente tienen un recuerdo que les atraviesa el cuerpo y despierta las más profundas emociones. Todo esto se potencia en su círculo más cercano y en ese reducido número de personas está Mariano Israelit, quien vivió las buenas y las malas al lado del crack argentino, y tiene mucho para contar.
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Por eso, decidió recopilar algunas anécdotas y momentos vividos en un libro que se llama “El amigo de Dios”. En diálogo con TN, habló sobre el inicio de la relación con el Diez, el impacto de conocerlo, los gestos desinteresados que tuvo, su mirada pesimista sobre la causa que investiga la muerte del astro y el momento en el que casi la amistad se termina por una foto.
El primer encuentro con Diego Maradona, un momento mágico
La figura de Diego Armando Maradona emanaba una energía que no era normal: traspasaba la pantalla de la televisión o de los celulares y aquellos que lo vieron en persona confirman que esto se potenciaba. Mariano Israelit sintió eso en un encuentro en 1982 al que catalogó como “raro”, pero inolvidable.
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“Mi primer encuentro con Diego fue raro porque yo iba a la escuela con Hugo, el hermano. Era el comercial 20 en La Paternal y siempre iba por lo general a la casa a darle una mano con las tareas de la escuela. Un día voy a la tarde tipo 17 o 18, estamos en la habitación de él y sube Doña Tota y me dice ‘¿Mariano te quedas a cenar?’, yo respondí que sí. Cuando terminamos, yo bajo porque la habitación estaba en el primer piso y cuando llego a la mesa estaba sentado el hermano de mi amigo, que era Diego. Todavía estaba en Boca a punto de irse al Barcelona en el 82”, recordó.
Si bien todavía era un adolescente, casi igual que Maradona, ese momento le quedó grabado a fuego y percibió una sensación como nunca antes: “Al principio me temblaron las piernas, no te voy a mentir: me temblaron las piernas”.
En medio de esta mezcla de tensión y admiración, Diego pronunció una frase para romper el hielo y Mariano se lo agradece hasta el día de hoy: “Me siento en la mesa y yo soy de buen comer. Ellos comían un plato y Tota preguntó si alguien quería repetir. A mí me dio un calor, te juro, me daba mucha vergüenza, pero tenía hambre (risas). Y levanté la mano y Diego le dice al Turco (Hugo) ‘che, Mariano vino con un atraso, eh’”.
El regalo invaluable y desinteresado de Diego Maradona
Mariano es una enciclopedia de anécdotas junto a Diego Armando Maradona. En más de 35 años de amistad, los momentos vividos fueron muchos y los recuerdo imborrables. Su cara se ilumina al hablar de su amigo y al recordar historias que marcaron su vida.
La solidaridad y el amor del 10 se hizo presente con cada uno de sus seres queridos y de maneras insospechadas. No todo era lo material o el dinero y el mejor de todos los tiempos lo sabía, por eso, Israelit recuerda con mucho cariño un gesto que tuvo.
“Me acuerdo que en una vuelta de Barcelona a Buenos Aires de Diego, el Turco me dice, ‘¿me acompañás a buscar a mi hermano?’, ‘dale, vamos’, Don Diego se quedó haciendo un asado y cuando volvimos eran todos familiares, eran como 15, un montón. A mí me dio vergüenza, (no sabía) dónde sentarme porque yo no sabía si cada uno tenía un lugar asignado”, rememoró Mariano y los nervios se hacen presentes tal como aquel día.
Entonces, se le ocurrió una idea que parecía brillante: “Entonces yo lo que hago es irme. Había un baño en la parte de afuera en el quincho de la casa de Cantilo y Marcos Paz. Cuando llega el momento de sentarse, yo me quedé ahí y el Turco me pegó un grito. Yo estaba rezando para que por favor no me tocara al lado de Diego. Salgo del baño y podés creer que el único lugar que había era al lado de Diego, ja. Yo dije ‘otra vez me va a alquilar este (con las bromas)’. Yo me senté y obviamente comimos todo y charlamos de fútbol”.
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Y agregó: “Cuando terminamos el almuerzo, Diego se levanta y vuelve con regalos para todos. Cuando está bajando me dice, ‘mirá, Mariano, no sabía que venías, no tengo nada para vos’, yo le digo ‘olvídate, Diego, no tenés ningún compromiso ni nada’. Bueno, repartió los regalos a todos y cuando se está yendo a la habitación, me dice ‘Mariano cuando te vayas pasá por mi cuarto’”.
Mariano nunca se imaginó lo que pasaría después: “Ellos habían mandado a hacer unos pósters de Diego del Barcelona porque la gente tocaba timbre y siempre pedía algo, yo le pedí unos al Turco y subí a saludar a Diego como me había dicho. Le golpeo la puerta, me hace pasar y le digo si me podía firmar los posters. ‘Si, vení, sentate’. Me senté en la cama de él, me lo firma y bueno, ‘chau, Diego, gracias’. Ahí me frena y me dice ‘no, espera que te doy algo, por lo menos para que te lleves’ y agarra una bolsa de la tienda española El Corte Inglés. Me la tira, yo la agarro con vergüenza: no me iba a fijar qué tenía y le digo ‘muchas gracias’. ‘¿No lo vas a abrir?’, me pregunta y ahí vi que era una camiseta del Barcelona. Me dice ‘con esta le hice el gol al Real Madrid’”.
Como quien recibe un tesoro guardado por siglos, Mariano volvió a su casa con mucha rapidez y cuidado: “Me estoy llevando el mejor regalo del mundo. De ahí me fui a mi casa, cuando estoy bajando la escalera, con los nervios por tener la camiseta esa que me la puse dentro del calzoncillo y me subí al 146”.
Ese regalo inesperado se transformó en un objeto invaluable, al punto de que más de una vez le ofrecieron comprarlo por fortunas y nunca aceptó: “Me ofrecieron 35 mil dólares, pero dije que no. La sigo teniendo esa camiseta. Es un recuerdo hermoso de Diego”.
Un disfraz, una foto y el momento en el que casi se rompe una amistad de más de 20 años
Una de las pasiones de Diego Maradona era festejar. Desde cumpleaños, aniversarios, cenas, la vida misma. Sin embargo, los 30 de octubre eran especiales. Pero hubo uno que jamás va a olvidar a Mariano Israelit: el del 2001.
“Vivir con Diego era siempre algo bizarro, porque siempre pasaban cosas que vos decías ‘no puede ser’ y siempre nos pasaban a nosotros. Hay una historia muy linda por cómo termina, pero el comienzo fue heavy (pesado). Fue en el cumpleaños de Diego en el 2001 en Cuba. Éramos como 10 o 15 personas, Guillermo (Coppola) le había vendido el cumpleaños de Diego a la revista Gente y viajó el fotógrafo, que era el Negro Luengo. Pero había varios que teníamos cámaras y sacamos fotos”, empezó Israelit.
Ese cumpleaños tuvo una particularidad muy grande: Maradona se disfrazó de Osama Bin Laden, por entonces líder de Al Qaeda, a pocas semanas del atentado a las Torres Gemelas en Estados Unidos. “Cuando Diego en su cumpleaños se disfraza de Bin Laden, obviamente Guillermo arregló con la revista Gente que no iban a poner esas fotos”, explicó el amigo del Diez.
A los pocos días, se hizo el partido homenaje en la Bombonera y la fiesta continuó. Sin embargo, un llamado cambió el momento de alegría que vivía Mariano en medio de los preparativos: “Volvemos a Buenos Aires, me llama Guillermo y me dice ‘estoy con Diego acá, ¿a cuánto vendiste las fotos?’, y le respondí: ‘No sé de qué me estás hablando’”.
Esa frase le paralizó el cuerpo y lo desconcertó. “Y se escuchó a Diego de fondo con un grito ‘venite para acá (al Hotel Hilton)”, agregó.
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El camino por la Ciudad de Buenos Aires se hizo interminable, pero Israelit no entendía muy bien el contexto del llamado. “Llego a la habitación, me abre Guillermo con una una bata blanca de seda; entro y Diego estaba en el inodoro sentado con la puerta abierta, bien bizarro, y me dice ‘cuántas veces te dije que si tenías una foto para vender me digas’, ‘yo le digo y cuántas veces lo hice’, ‘Nunca’, ‘¿y entonces?’”.
En medio de la confusión y una discusión que podía elevar el tono, llega la prueba irrefutable: “Saca Guillermo la revista Gente y me muestra las fotos del cumpleaños de Diego. Después saca la revista Caras y estaba Diego en la tapa disfrazado de Bin Laden en el cumpleaños y adentro de la revista había ocho fotos de las cuales yo estaba en cuatro. Claro, entonces ellos dijeron ‘este vendió las fotos para figurar él también’”.
Cuando el tema empezó a escalar y la relación empezó a resquebrajarse, llegó la salvación: “Yo no sabía cómo hacer para para que me creyeran porque ya desconfiaban de mí. En eso se escucha un golpe en la puerta, abro y entra el doctor (Alfredo) Cah, que le dice a Coppola ‘viste qué fotitos, ¿no?’ y le dice, ‘un amigo mío que sabía que yo estaba en el cumpleaños de Diego me pidió una foto, el pibe labura en Caras, está empezando y le di las fotos del cumpleaños’. Gratis encima. Ahí me volvió el alma al cuerpo”.
El final, a la altura del histrionismo de Maradona y Coppola, le quedó grabado: “El día de la presentación del libro en la Biblioteca Nacional le digo, ‘¿vos te acordás qué me dijiste Guille?’ y me dice, ‘sí, tranquilo, Marianito, nosotros nunca desconfiamos de vos (risas)’.
“El amigo de Dios”, un libro y un homenaje para una amistad de más de 35 años
Sin lugar a dudas, Mariano Israelit es una de las personas que vivió más cosas con Diego Maradona a lo largo de su vida. En los momentos más duros estuvo a su lado y en los buenos lo acompañó para celebrarlos. Sin embargo, hacer un libro nunca había sido una opción.
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“Yo siempre hice posteos desde que Diego falleció, siempre recordándolo con amor, con alegría, con agradecimiento y la gente me escribía ‘vos tenés que hacer un libro con todas cosas muy lindas de Diego’. Yo nunca pensé en hacer un libro y un día me llama un chico que se llama Gabriel Jeremías y me dice ‘vos tenés que hacer un libro, tenés unas historias bárbaras’. Pero el problema es que yo no soy escritor y me dice, ‘bueno, yo soy escritor. Si tenés ganas nos juntamos, vos me lo vas contando y yo lo bajo a un papel”, reveló.
Este proceso fue muy largo, con muchas emociones y sentimientos encontrados, recuerdos que dibujaban sonrisas y otros que cortaban el relato. Finalmente, en noviembre del 2024 salió a la luz. “Me costó tres años hacerlo porque me ponía a llorar o me agarraba un nudo en la en la garganta, pero el tema era siempre recordarlo con amor, con alegría y siempre desde el corazón. Son cosas que yo viví con él, no cosas que él hizo”, afirmó.
“¿Ser amigo de Maradona? Fue lo mejor que me pasó”
Más allá de haber lanzado un libro y de haber escrito cientos de posteos, resumir 35 años de amistad no es fácil y mucho menos cuando parecieron muchos más por el ritmo de vida que llevaba Maradona. Sin embargo, con mucha emoción y sencillez, Mariano Israelit supo explicar a la perfección sus sensaciones respecto de esta relación que le cambió la vida.
“¿Ser amigo de Maradona? Fue lo mejor que me pasó. Viví momentos muy lindos, pero también otros muy muy feos por el tema de la adicción que tenía. Pero siempre estuve”, dijo con orgullo.
El último tiempo de la vida de Diego, el contacto no pudo ser tan fluido ni cercano, por las causas que se están investigando en la Justicia. Sin embargo, a pesar de haber ido a declarar como testigo, la mirada de Mariano Israelit no es optimista respecto de la búsqueda de esta justicia.
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“Yo fui a declarar a las dos causas: en La Plata por el faltante de dinero y a la de la muerte en San Isidro -reveló-. Conté todo lo que vi, pero te digo que para mí no va nadie preso. Es doloroso lo que digo, pero hay mucha plata en juego y la verdad que, por lo que vi y cómo yo me sentí cuando fui a declarar... viste cuando vos ves algo turbio. La verdad es que todos esperamos que efectivamente paguen los responsables, pero el recuerdo es lo más importante quizás. Yo me quedo con los momentos hermosos vividos, con el agradecimiento de por vida y me llevo eso, no hay otra”.