Edoardo Bove, el jugador de la Fiorentina que se desplomó en pleno partido, corre riesgos de no volver a competir en Italia si le implantan un desfibrilador subcutáneo, dispositivo que le permitiría llevar mayor control sobre su salud.
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Según la normativa médica del Calcio, tal como indica en los “Protocolos cardiológicos para la evaluación de la aptitud para el deporte de competición”, no se permite que un futbolista pueda jugar en la Serie A con ese dispositivo instalado en el cuerpo.
Desde el club no volvieron a brindar un parte médico desde el último lunes, pero el diario La Reppublica informó que Bove ya habría dado su consentimiento para que le hagan el implante, a pesar de no poder seguir su carrera en la Fiorentina.
El medio aseguró que en las próximas horas podría realizarse la operación, ya que tiene el ritmo cardíaco controlado y apenas necesita seguimiento.
Christian Eriksen, el jugador danés que sufrió algo similar durante un partido con su selección, tampoco pudo continuar su carrera en el Inter de Milán por el mismo motivo, por lo que terminó yéndose al Manchester United.
Algunas ligas, como la Premier, no tiene reglamentada esa norma y son más flexibles, lo que permitiría que Bove siga su carrera en el fútbol inglés.
El equipo de cardiólogos del Hospital Universitario Careggi de Florencia trabaja para aclarar el motivo exacto por el que sufrió el colapso en el campo. La rápida intervención de la asistencia médica, cuyos profesionales tuvieron que reanimarlo en la ambulancia, fue clave para mantenerlo con vida.
