El argentino Gonzalo Insaurralde es el canchero oficial de la Selección de Paraguay y el responsable del césped del estadio La Nueva Olla de Asunción donde Racing y Cruzeiro de Brasil jugarán el sábado la final de la Copa Sudamericana. En diálogo con TN, recordó sus comienzos en el Club El Quilla de Santa Fe, su paso por Colón y la oferta de trabajo que le cambió la vida.
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El encargado del césped del estadio General Pablo Rojas aseguró que el campo de juego “estará en perfectas condiciones” para la gran final del certamen internacional entre la Academia y el equipo de Belo Horizonte. “Se sembró, se aireó y se fertilizó. Después, lo normal: corte y riego. La cancha va a estar rápida”, detalló.
“La ventaja es que nosotros estamos trabajando en La Olla hace varios años y el campo ya tiene un estándar bastante alto en cuanto a calidad”, afirmó el santafesino.
El comienzo de la pasión por el césped: de limpiar baños a ser canchero del club El Quilla de Santa Fe
El primer trabajo de Gonzalo Insaurralde fue en el vestuario del club El Quilla, en 2001. “Al principio limpiaba los baños del vestuario hasta que el club comenzó a competir en primera división de la liga local y ahí pase a ser utilero y canchero. Ahí empezó mi pasión por el césped”, relató.
En el El Quilla había una cancha que usaban los socios en verano, pero las áreas siempre estaban con poco césped. Entonces, durante un invierno, Gonzalo le propuso al gerente del club arreglarla. “Quería salir de los vestuarios, no era un trabajo lindo”, recordó.
Insaurralde contó que la gente del club aceptó su propuesta y, pese a no tener experiencia, logró que el campo tuviera césped en toda su superficie por primera vez. “Nunca había plantado nada en mi vida”, reveló.
El ingenioso método que usó Insaurralde para arreglar su primera cancha
“Sacaba pasto de los costados y lo trasplantaba donde no había. Regaba y crecía”, explicó el actual canchero de la selección de Paraguay y contó que durante meses solo usó “una pala y una carretilla, y cortaba el césped con una máquina eléctrica”, ya que no tenía un tractor. “Cada vez que lo hacía caminaba 300 kilómetros”, dijo entre risas.
Sin embargo, hubo un día en el que todo cambió: “En el Quilla había un señor que se llamaba Roberto Taborda, y él fue el primero que me trajo una bibliografía sobre césped para leer, eran unas fotocopias”.
Su llegada a Colón, el club de sus amores
Con humor, el canchero que estará en la final de la Copa Sudamericana contó cómo llegó a trabajar a Colón, el club del cual es hincha. “Todo comenzó gracias a la buena relación que tenía con el encargado del restaurante del club, exdirigente del Sabalero. Siempre lo jodía para que me llevara a trabajar ahí, hasta que un día se dio”, comentó.
Así, Gonzalo pasó de mantener el césped de una cancha amateur a ser responsable del estadio Brigadier General Estanislao López, un desafío que enfrentó con entusiasmo y dedicación.
“Empecé a hacer cursos en la AFA y asistía a cada charla que había en el país. Cuando fue la Copa América de 2011, trabajé junto al ingeniero Daniel Spósito, quien se convirtió en mi mayor maestro. Aprendí muchísimo de él; fue muy generoso conmigo y compartió todo su conocimiento”, destacó.
Además, contó que hizo capacitaciones en la Universidad de Morón con reconocidos especialistas en césped como María Alejandra Blanco y estudió mucho por internet.
El llamado que le cambió la vida
Insaurralde trabajó en Colón hasta el 2016, pero un llamado del ingeniero Spósito que cambió su vida. “Estaba pasando un mal momento económico. Habían nacido mis mellizas y la oferta de Paraguay era muy buena, así que acepté”, detalló.
En la actualidad, es el encargado del predio de la selección de Paraguay. Además, trabaja en los estadios de Cerro Porteño y Libertad: “Hago recorridos semanales para supervisar y colaborar en el cuidado de todas las canchas para asegurar los estándares más altos de calidad”
En ese contexto agregó: “Tengo a Daniel, Luis Chirola y el jefe principal, que ponen todo su empeño para que las cosas salgan lo mejor posible”.
El choque entre Racing y Cruzeiro del sábado será un nuevo desafío profesional para Gonzalo, aquel hombre que limpiaba baños en un vestuario y que hoy tiene el trabajo de sus sueños. Si la pelota rueda de manera perfecta sobre el césped del estadio La Nueva Olla, su tarea estará más que cumplida.