Hace algunos meses atrás, la AFA creo una nueva categoría en el fútbol argentino. Se trata del Torneo Promocional Amateur en donde equipos que no tenían lugar en el ascenso tradicional, ahora tienen un espacio para competir. Uno de los equipos que integra este certamen es el Club Náutico Hacoaj de Tigre, una centenaria institución que nuclea a parte de la comunidad judía.
Con la idea de alentar y apoyar al equipo, un grupo de jóvenes socios de Hacoaj formaron la barra del club y así nacieron “Los Borrachos del Shimón”. Se trata de un espacio que nuclea a chicos con un promedio de edad de 13 años y que se presenta como la barra más joven del fútbol argentino.
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Facundo Isersky tiene 17 años, es uno de los líderes de esta grupo y el principal promotor de que cada partido de Hacoaj siga siendo una fiesta. Junto a su hermano gemelo, Manuel, son los encargados de llevar adelante este proyecto que se diferencia de las “barras bravas” del fútbol argentino y busca transmitir valores como la solidaridad, la no discriminación, la identidad, el sentido de pertenencia y el respeto.
¿Cómo nacen “Los Borrachos del Shimón”?
En principio hay que decir que todos los que formamos parte de la barra somos socios del club desde muy chicos. Es parte fundamental de nuestras vidas. Por eso, cuando apareció la oportunidad de jugar el torneo de AFA a todos nos llamó la atención y nos generó mucho interés. Para nosotros era poco habitual que un club judío esté jugando en la AFA. Fue algo muy emocionante y nos movilizó para alentar al equipo.
Se dio casi de casualidad...
Un poco sí. En el primer partido de local, que fue en la segunda fecha del torneo, fui con mi hermano. Llevé un bombo y unas canciones escritas en un papel. El club había comprado globos y sabíamos que podía ser un buen momento. En la tribuna nos encontramos con pibes del club, pero no los conocíamos. Sin embargo, la pasión por Hacoaj nos unió tanto que no paramos de alentar y empezó una linda unión.
¿Y cómo se organizaron para el partido siguiente?
Un pibe de 12 años creó el grupo de WhatsApp de “Los borrachos del Shimón” (LBDS) y ahí empezó todo. El nombre de la barra hace alusión al estadio que se llama Shimón Peres, que fue el primer ministro de Israel que ganó un premio Nobel de la Paz.
Son la barra más joven del fútbol argentino...
Algo muy lindo que tiene LBDS es que hay pibes muy chicos, de 12 años aproximadamente, que están todo el tiempo ofreciendo su colaboración y motivando a todos para que cada partido sea una fiesta. Dos de los más distinguidos son Homero, que fue el creador del chat de Whatsapp, y Migue, que tiene menos de 12 años y siempre esta dando ideas y ayudándonos.
¿En qué se diferencian de otras hinchas del fútbol argentino?
En principio quiero decir que no somos una “barra brava”. Nosotros nos queremos diferenciar de ese término. En nuestro caso todos estudiamos, trabajamos o jugamos al fútbol en el club. Desde mi parte la idea es transmitir a los pibes algo distinto, no copiar lo malo de otras hinchadas. Aprovechamos este espacio para educar y transmitir valores y cosas positivas como la solidaridad, el sentido de pertenencia y la no discriminación.
En los partidos hay varios carteles que llaman al buen comportamiento...
Nosotros aprovechamos este espacio para poder seguir transmitiendo cosas positivas, y también para que los pibes que en un futuro estén al mando de “Los Borrachos del Shimón” puedan transmitir lo mismo que nosotros. El único objetivo es alentar a los jugadores. La realidad es que putear al otro equipo o al árbitro puede ser divertido, o algo vinculado a la emoción del partido, pero si nos ponemos a pensar, no suma nada.
Es una gran mensaje en medio de este fútbol argentino con muchos episodios violentos...
Es que queremos que nuestra “barra” se diferencie por algun valor agregado, que sería apoyar a nuestro club mientras transmitimos valores y educación. Esto nos permite soñar con que, en un futuro, puedan volver las hinchadas visitantes al futbol argentino, algo que a todos nos gustaría.
En cada partido de Hacoaj hay una fiesta en la tribuna, ¿cómo se financian?
Lo hacemos a través de donaciones. Con eso contratamos murgas, compramos banderas y bengalas de humo. La realidad es que también hay muchos chicos que ponen dinero, al igual que sus papás. Los jugadores, a veces, también nos apoyan. En algunos partidos hicimos un buffet con venta de hamburguesas y bebidas. Todo sin fines de lucro y con la única idea de que el dinero recaudado se reinvierta en cada partido. También tenemos en cuenta que si el club llega a necesitar hacer algo con fines benéficos, puede contar con nosotros.
Los Borrachos del Shimón también tienen redes sociales, ¿qué los impulsó a crearse una cuenta?
La realidad es que @losborrachosdelshimon arrancó con el simple objetivo de convocar a la gente del club, pero a medida que se fueron publicando videos en Tik Tok, Instagram y otras redes todo se popularizó. Para nosotros está buenísimo para poder seguir transmitiendo los valores que queremos.
¿Reciben críticas?
Hay muchos que nos atacan con cuestiones antisemitas y nos bardean porque dicen le queremos sacar el “folclore” al fútbol, pero es todo lo contrario. Nosotros queremos disfrutar del fútbol, pero por las cosas sanas que tiene, como compartir el momento con amigos, alentar al equipo, sentir la camiseta y todo eso. La gente ve que no somos una barra brava, sino que somos un grupo de pibes que alienta a su equipo.
¿Cómo manejan el antisemitismo en las redes?
Hay mucha discriminación y antisemitismo. Sin embargo, lo que quiero aclarar es que más allá de que seamos judíos, cristianos, ortodoxos, blancos o negros, somos pibes jóvenes que se están divirtiendo y estamos disfrutando del fútbol. Es claro que el fútbol no discrimina ni por religión, ni por color de piel o por nacionalidad. Lo único que queremos es divertirnos y alentar a nuestro club sin generar rivalidades.
¿Cómo describis la experiencia de haber formado una barra en el fútbol argentino?
La realidad es que todo lo que hacemos, lo hacemos para disfrutar. Esto nos da experiencia para un futuro sobre como administrar plata, hablar con proveedores, liderar grupos, entonces se podria decir que es una experiencia que en todos los aspectos es positiva. Desde mi lugar, hago todo lo posible para apoyar al club desde donde pueda, y tanto yo como el resto de referentes del club queremos transmitir todo lo positivo que puede tener una hinchada para que en un futuro, cuando los que hoy son mas chiquitos esten al mando de LBDS, lo puedan seguir haciendo y dando el ejemplo tanto a la gente del club como para la sociedad en general.