Mucho se habló sobre el episodio del arma en el vestuario de Racing que tuvo como protagonistas a Teo Gutiérrez y a Sebastián Saja, un hecho que quedó como anécdota pero que podría haber terminado de la peor manera, según contaron algunos presentes. Sin embargo el colombiano volvió a desmentir lo ocurrido y le mandó un mensaje al Coco Basile, técnico de la Academia en ese momento, con quién nunca más volvió a hablar.
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“Lloré mucho porque fue una injusticia lo que pasó. No encontraron nada. No hubo nada. Si no, hubieran mostrado. Donde hay un episodio, muestran todo”, señaló Teo en una entrevista con DSports Colombia.
A pesar de eso, señaló que no le guarda rencor a Basile, quién fue uno de los que lo acusó de llegar armado al vestuario. “No he vuelto a hablar con el Coco, pero si algún día me lo cruzo, me tomo un vino con él”, propuso.
Aquello que pasó fue un antes y un después en la vida del técnico argentino, que tras el hecho renunció a su cargo y decidió no volver a dirigir.
“La gente se queda con ese episodio, pero cuando estaba en Racing me vinieron a buscar de varios equipos de Europa y yo no me quise ir por agradecimiento a lo que habían hecho”, comentó Teo.
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“Uno tiene que convivir con el acierto o el error. Pasaron muchas cosas. El fútbol no es fácil por su entorno y todo lo que sucede. Me quedo con mi felicidad, mi alegría, con lo que me quiso la gente y construí en el club y mis goles en Racing”, cerró.
Cómo fue el hecho del arma en el vestuario
El 14 de abril de 2012 se jugó el clásico de Avellaneda en la cancha de Independiente, que se impuso por 4-1 y ganó sin atenuantes. La derrota académica se tradujo en un cruce sin precedentes.
El colombiano metió el primer gol del partido, pero luego, en el segundo tiempo, se fue expulsado de manera infantil. Esa roja terminó de desarmar a Racing, que ya jugaba con uno menos. Cuando terminó el encuentro, Gutiérrez y Saja se pelearon adentro del vestuario: sus compañeros no le perdonaron al colombiano la actitud que lo llevó a ver la tarjeta roja. Según relataron algunos presentes, Teo perdió aún más el control y sacó un arma.
“Me jugué la vida ese día. Fue una situación brava, pesada. Hay que estar en ese momento, ¿eh?. Nunca en mi vida me había pasado algo semejante. Fue complicado porque tal vez se le escapaba (un tiro), nunca se sabe. ¿Si el arma era de juguete? Andá a comprobarlo. Era una máquina, un fierro terrible”, reconoció el Coco, ocho años después, en Fox Sports.
Basile reconoció que después de la derrota del clásico y de haber visto cómo Teo sacaba un arma dentro del vestuario decidió dar un paso al costado, pero de manera definitiva. “Ya venía cansado, pero el gran quilombo de Teo, que sacó la máquina esa en el vestuario de Independiente, me terminó de convencer de que tenía que dejar de trabajar. Tengo nietos, mirá las cosas que me tengo que bancar. No estoy más para esto”, cerró.
