Unión y Platense empataban sin goles cuando se dio una situación increíble: un hincha se desmayó en la tribuna y los médicos de ambos equipos saltaron el alambrado para socorrerlo porque la puerta estaba cerrada.
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En pleno partido, a los 4 minutos de la segunda parte, el público advirtió que un espectador se había desvanecido. Cuando los doctores del Tatengue y el Calamar se dieron cuenta, no lo dudaron: fueron hacia las gradas, treparon por una reja que no podía abrirse y se dispusieron a hacer su trabajo.
Algunos asistentes del cuerpo médico les alcanzaron sus respectivos botiquines: literalmente se los revolearon por arriba del tejido.
Una vez que atendieron al hincha, regresaron a los bancos de suplentes ante una ovación del público de Unión de Santa Fe.
Mientras se daba esta situación, el partido estuvo demorado porque no puede jugarse sin la presencia de médicos en el campo de juego.
