Irina Fernández, la esposa de Gabriel Batistuta, se mostró eufórica por la victoria de Javier Milei en el balotaje, que lo convertirá en el próximo presidente de los argentinos. En una serie de posteos, la mujer, que lleva más de 33 años de casada con el exgoleador, mostró toda su felicidad por la elección.
“La última vez que pusimos a dirigir a alguien sin experiencia nos hizo campeónes del mundo... Elijo creer”, escribió Irina en sus redes en una clara comparación entre Milei y Lionel Scaloni.
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Pero eso no fue todo ya que además se mostró esperanzada del nuevo rumbo que puede tomar el país bajo la conducción del líder de La Libertad Avanza: “Empieza una nueva argentina. Nos lo merecíamos. Por nuestros viejos, nuestros hijos y por cada uno de los argentinos de bien. ¡Gracias Señor!”.
La historia de Batistuta e Irina Fernández: la pareja que superó crisis y sospechas de infidelidades
Gabriel Batistuta e Irina Fernández llevan casados más de 33 años. Ella lo acompañó durante toda su trayectoria como futbolista y juntos tuvieron cuatro hijos: Thiago, Lucas, Joaquín y Shamel. Tras superar crisis y hasta rumores de terceras en discordia, la pareja disfruta de su vida en una mansión de campo en su Santa Fe natal.
Se conocieron cuando eran apenas unos adolescentes, en Santa Fe. Fue en 1988 que él se coló en la fiesta de cumpleaños de 15 que ella había hecho en un salón de eventos de la ciudad santafesina de Reconquista. Entonces, él quedó enamorado.
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Para entonces, Batistuta practicaba fútbol como hobby y lejos estaba de soñar con ser profesional. Hasta que un día llegó el llamado de Newell’s Old Boys y todo cambió para el terrible goleador nacido el 1° de febrero de 1969.
“¿Si estaba contento de ir a Newell’s? Para nada. Yo quería estudiar y alguien me había metido en la cabeza que la carrera de futbolista era peligrosa. Me vuelvo a Reconquista, en Newell’s me dieron 20 días de vacaciones, y yo me quedé un mes. Hasta que me vinieron a buscar de los pelos. A los seis meses estaba jugando en Primera”, contó en una entrevista.
Y recordó su incipiente relación con Irina: “Cuando me fueron a buscar yo hacía dos semanas que estaba de novio con la que ahora es mi señora. Estaba recontra enamorado. Y me fui más obligado, pensando en la posibilidad de un estudio, de una universidad, gracias a Newell’s. Cuando firmé el primer contrato, me dije, puede ser que viva del fútbol. Ahí cambió totalmente mi mentalidad, que después me hizo querer tanto al fútbol”.
Irina Fernández, la compañera de Gabriel Batistuta durante su carrera como futbolista
Desde entonces, tanto su carrera profesional como su romance tuvieron una evolución vertiginosa. En cuanto al plano futbolístico, el Bati debutó en 1988 en La Lepra, pasó en 1989 a River Plate y al año siguiente firmó con Boca Juniors. Tras una temporada, dio el salto a Europa.
En tanto, Batistuta y Fernández celebraron su casamiento el 28 de enero de 1990. Poco después armaron los bolsos y se mudaron a Florencia, luego de que el futbolista firmara contrato con la Fiorentina. A base de goles, se convirtió en ídolo: jugó 333 partidos, anotó 207 tantos y ganó dos títulos (Copa de Italia 1995/1996 y la Supercopa de Italia 1996), además del campeonato de ascenso en 1993/1994.
Tras una década en la Serie A de Italia, donde también pasó por la Roma y el Inter, el goleador se sumó al plantel del Al-Arabi de Qatar, donde se retiró en marzo de 2005 a sus 36 años.
A mediados de 2014, comenzaron a circular rumores de una fuerte crisis en la pareja e incluso versiones que apuntaban a una tercera en discordia. En ese contexto, su hijo Thiago negó que sus padres estuvieran peleados: “A mí me causa gracia, no sé cuál es la separación de la que hablan. No la hay. No quiero hablar por ellos porque no me corresponde meterme”.
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No fue la primera vez que habían existido rumores de infidelidad. Durante los años de gloria del Bati en Italia, la prensa le atribuyó varios romances con mujeres hermosas. Sin embargo, nunca se conoció ni una sola foto que confirmara esas versiones.
Actualmente ambos viven en su mansión de campo, que abarca 129 mil hectáreas, lo cual equivale a casi 177 canchas de fútbol. Está ubicada en Reconquista, la ciudad donde se conocieron de adolescentes. No sólo disfrutan de sus hijos, sino también de su nieto, Lautaro, que es hijo de Lucas.