Pablo Aimar pasó de ser el máximo ídolo de Lionel Messi a convertirse en campeón del mundo con la Selección argentina, en la que forma parte más que importante del cuerpo técnico de Lionel Scaloni. Su filosofía de vida lo volvió un referente para las nuevas generaciones, pero llegó a tener fuertes peleas dentro de la cancha que lo marcaron a fuego: su cruce con Andrés D’Alessandro, hace una década y media, quedó en el recuerdo.
El nacido en Río Cuarto el 3 de noviembre de 1979 cumple 44 años en un momento muy especial: viene de consagrarse con la Selección en Qatar como ayudante de campo y tendrá que afrontar, en algunos días, un nuevo desafío comandando a la Sub-17 albiceleste en el Mundial de la categoría. Pese a su tranquilidad y su templanza a la hora de plasmar conceptos, también cuenta con una personalidad especial.
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En 2007, cuando el enganche surgido en River vestía la camiseta del Real Zaragoza, el caos se había adueñado de la institución española: más allá de coquetear con los puestos de descenso, la desorganización dirigencial y económica era notoria. Por ello, el Payasito, que era la gran figura del equipo, cargaba con mayores responsabilidades en su espalda.
Pablo Aimar cumple 44 años: del fichaje frustrado en Zaragoza al cruce que se vio por televisión
Los directivos del club español habían decidido incorporarlo por un monto cercano a los 11 millones de euros y se transformó en una de las adquisiciones más caras de la historia. Si bien en el primer año convirtió cuatro tantos y brindó seis asistencias, su participación mermó en la segunda temporada a raíz de una serie de lesiones que lo tuvieron a maltraer.
“Era malísimo todo lo que pasaba, ni siquiera sabíamos a lo que jugábamos. Era todo ‘a ver cómo solucionamos esto’. Y no pudimos solucionarlo”, sentenció el crack en una entrevista con El Gráfico. Curiosamente, aquel plantel estaba repleto de argentinos que sufrieron su estadía en el conjunto de Aragón.
En el marco de un entrenamiento, mientras se recuperaba de una severa lesión en el pubis, Aimar tuvo un fuerte encontronazo con D’Alessandro: el Cabezón le recriminó por un acción de juego, se acercó a empujarlo y hasta lo insultó. “La concha de tu madre... Sos el menos indicado para hablar, pelotudo”, le espetó el nacido en La Paternal al cordobés.
“¿Quién te creés que sos, boludo? Hacés lo que querés”, continuó el mediocampista ex-Inter de Porto Alegre, visiblemente enojado ante una férrea marca de su compañero. El conflicto fue captado por las cámaras de los canales televisivos, que inmediatamente pusieron el foco en la crisis que atravesaba el Zaragoza tanto en el césped como en el vestuario.
Pablo Aimar cumple 44 años: la amistad entre argentinos en un Zaragoza convulsionado
Para colmo, D’Alessandro se peleó con el entrenador Vicente Fernández y quedó relegado del equipo. En ese contexto, y con el objetivo de calmar las aguas, Aimar debió enfrentarse a los micrófonos: “Somos compatriotas, nos conocemos y la relación es buena. Sobre lo que hizo con el DT, yo no voy a juzgar a nadie ni me creo distinto para calificar actitudes”.
De todas formas, años después, el Payasito rememoraría que aquella trifulca se zanjó rápidamente: “Estaba afuera, entrenaba de vez en cuando, y fue tan solo una discusión como las que uno tiene de vez en cuando. Después hablamos y dijimos ‘ya fue’. Se armó un lindo grupo y nos hicimos amigos con el Cabezón, los dos Milito (Gabriel y Diego), Leo Ponzio”.
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Los Leones no tendrían la misma suerte: cosecharían tan solo 42 unidades en 38 jornadas y caerían directamente a la segunda división española. Aimar, por su parte, abandonaría España para mudarse al país vecino, Portugal: el Benfica permitió que brindara sus últimas grandes funciones con la pelota en los pies.
