En marzo de este año, el combinado de Panamá jugó un amistoso en el Monumental ante la Selección argentina de Lionel Messi. Gilberto Hernández, defensor que había ingresado en el segundo tiempo, fue asesinado este domingo en Colón, una ciudad del mar Caribe.
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El futbolista centroamericano estaba con unos amigos cuando dos hombres llegaron en un auto y dispararon a quienes estaban ahí: Hernández murió minutos después y seis personas resultaron heridas de bala.
Colón, aproximadamente a 80 kilómetros al norte de la capital, es una provincia con elevados índices de violencia y criminalidad. No es un hecho aislado: en 2017, durante la recta final de las Eliminatorias de Rusia 2018, el volante Amílcar Henríquez había sido acribillado a tiros.
El padre de Gilberto Hernández se pronunció al respecto: “A los que le hicieron esto a mi hijo yo los perdono, pero basta ya de la violencia”. En un video, agregó: “Muchos jugadores con talento en Colón han perdido su vida. Le hago un llamado a las autoridades que comiencen a hacer proyectos para rescatar a la juventud de la violencia”.