El 12 de enero de 2013 fallecía el ex árbitro de fútbol Guillermo Nimo, que en la definición del Campeonato Nacional de 1968 quedó en la historia por no haberle cobrado un claro penal a River Plate frente a Vélez Sarsfield, por una mano flagrante cometida en el área por Luis Gallo. Su grave error le sacó un título al Millonario que en ese momento llevaba 10 años sin conquistas en una sequía que se extendió por 18 temporadas.
Lo más curioso de la situación es que Nimo era hincha fanático de River, circunstancia que no ocultó ni en su etapa como comentarista deportivo, en la que se destacó desde que quedó marginado del arbitraje por el bochornoso episodio que postergó la ilusión millonaria.
Haber dejado sin sanción la mano de Gallo hizo posible que Vélez ganara el primer título de su historia y significó también el punto final para su carrera en el arbitraje del extrovertido personaje.
El Nacional 68 terminó con un triple empate en el primer puesto, el primero de la historia del fútbol argentino. Se definió con un triangular entre River, Vélez y Racing, íntegramente disputado en el estadio de San Lorenzo, el Gasómetro de Avenida La Plata.
Tras derrotar a Racing por 2 a 0 en el primer partido, el 22 de diciembre del 68 River enfrentaba a Vélez sabiendo que si ganaba daría la vuelta olímpica después de 10 años. El encuentro estaba empatado 1 a 1 y el equipo de la banda roja presionaba en busca del gol del campeonato.
Llegó un centro del uruguayo Luis Cubilla al área, Jorge Recio le ganó al arquero Miguel Marín en el salto y cabeceó. La pelota viajaba rumbo a la red, pero en la línea apareció Gallo arrojándose para despejar el balón con su mano izquierda. La pelota quedó picando en el área y el arquero velezano la agarró en medio de muchas piernas.
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Todo el estadio vio la mano, menos Nimo. En medio del alboroto el árbitro marcó una infracción que nunca se supo cuál era. Su explicación siempre fue la misma: “Yo no vi ninguna mano”. Punto. Nunca dijo nada más del episodio que le costó la carrera: esa fue su última actuación como referí. En el último partido del triangular, Vélez venció 4-2 a la Academia y se quedó con el título.
A partir de allí, Nimo inició su etapa en los medios. Dueño de un estilo altanero y provocador, se destacó en muchos programas de televisión, especialmente junto a Gerardo Sofovich. Utilizaba una vestimenta llamativa, fumaba con boquilla y cometía furcios inadmisibles. Se recuerdan sus pronósticos de los partidos, en los que utilizaba la muletilla “shick, schick” para vaticinar quién sería el ganador.
Su histórica frase para cerrar comentarios: “Por lo menos, así lo veo yo”
También era famoso su segmento de la perla blanca y la perla negra, en el que daba su veredicto sobre lo mejor y lo peor de la fecha. Finalizaba su monólogo expresando “por lo menos, así lo veo yo”, otra frase que quedó en el recuerdo popular.
“Usted será un buen esposo, un excelente padre de familia, pero como centrodelantero es un desastre”, solía decir para referirse a un futbolista en medio de la risa del público que festejaba sus filosos comentarios.
La fama que consiguió por sus participaciones televisivas a lo largo de los años lo llevó a la pantalla grande. Integró el elenco de Gran Valor, en 1980, y también actuó en Esa maldita costilla, en el 99. Su llegada al público juvenil hizo que Los Auténticos Decadentes lo convocaran para filmar el videoclip de La Guitarra.
A tal punto llegaba su fanatismo por River que lo seguía a todas las canchas antes de iniciar su carrera como árbitro. Su ídolo era Amadeo Carrizo (arquero como él, que llegó a jugar en las inferiores de Huracán) y si tenía que elegir el mejor jugador de campo que había visto se quedaba con el uruguayo Walter Gómez, delantero de La Máquina.
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En enero del 2013, con 80 años, fue internado en el Sanatorio Otamendi por problemas cardíacos que sufría desde hacía tiempo. En la madrugada del 12 fue sometido a una angioplastía y horas después falleció.
