Nacido en la pequeña ciudad bonaerense de Lima hace 59 años, el 17 de octubre de 1963, Sergio Goycochea tuvo una carrera como futbolista de 20 años, en los que pasó por varios equipos, grandes y no tan grandes, de la Argentina y del exterior. Sin embargo, está por siempre en el recuerdo como un arquero de Selección y un enorme atajador de penales.
Y sin dudas, su gloria máxima fue en el Mundial de Italia 90, bajo la dirección técnica de Carlos Bilardo, quien lo había llevado como suplente de Nery Pumpido. Pero en el segundo partido, un desgraciado choque entre Olarticoechea y Pumpido, terminó con el arquero titular quebrado y con Sergio Goycochea entrando en su reemplazo a las apuradas.
Y tanto de ese partido, contra la Unión Soviética, como del resto y de otros momentos de su carrera, tuvo anécdotas muy graciosas con Bilardo, que el propio Goyco recordó hace un tiempo.
De las dudas de Bilardo con Pumpido a la confianza en Sergio Goycochea
De los siete partidos que Argentina jugó en el Mundial de Italia 90, Sergio Goycochea estuvo en seis, porque el debut ante Camerún lo vio desde el banco de suplentes dado que el titular era el campeón del mundo del 86, Nery Pumpido.
Sin embargo, aquella tarde en Milán, Goyco empezó a vivir personalmente el show de Bilardo. Porque cuando el camerunés Omam Biyik se suspendió en el aire y cabeceó débil de pique al suelo, pero la pelota se coló debajo del cuerpo de Pumpido, a Bilardo el mundo se le dio vuelta. Se agarró la cabeza, caminó de un lado a otro con desesperación, “cómo se te escapó esa pelota”, exclamaba, por Pumpido.
Y antes de empezar a pensar que, si quedaban eliminados en primera ronda, prefería que se cayera el avión ante que volver al país humillado, se paró frente al arquero suplente (Goycochea), lo miró fijo y le preguntó: “Decime la verdad: ¿se lo comió Pumpido o no se lo comió al gol?”. Goyco nunca contestó.
Y al partido siguiente, por la amarga situación de la lesión de Pumpido (fue fracturado en una desafortunada jugada por Julio Olarticoechea), a Goycochea le tocó entrar en el medio del partido, que aún iba 0-0 (y Argentina debía ganar) y era córner para Unión Soviética. Era clave tener una buena entrada en calor pero no había tiempo.
Y Bilardo no sólo que trató de demorar el cambio para que su arquero suplente estuviera bien metido en el partido, sino que comenzó a hablarle. “Trataba de darme indicaciones, pero yo nervioso por entrar y él nervioso por la situación, era una película de Chaplin: había gestos y palabras, pero no escuché nada”, recordó Goyco.
Cumple 59 años Sergio Goycochea: su verdadero Mundial empezó contra Yugoslavia
El tercer partido, el que cerraba el grupo, Argentina lo empató 1-1 con Rumania. Y el rol de Bilardo con el que ya era su arquero titular fue más paternalista que nunca, porque cuando la prensa aseguraba que el DT había llevado a Angel David Comizzo a atajar, el doctor le dijo a Goyco que él sería su arquero hasta el último partido de la Selección en Italia 90.
Después llegó el 1-0 a Brasil en octavos, en el que los postes y la buena suerte fueron los grandes aliados argentinos. Y el arquero recordó que a la mañana siguiente, camino al desayuno, se encontró con Bilardo en la utilería, sentado, con un toallón cubriéndolo de la mitad del cuerpo para abajo, despeinado y desencajado. Ante la sorpresa de Goycochea, el DT se describió: “Así se queda después de un partido como el de ayer”.
Fue en los dos partidos siguientes en los que Goyco llegó a la cima. Primero, Yugoslavia en cuartos, en un partido chato y flojo de la Selección (0-0 en Florencia), tanto que en la tanda de penales erró hasta Diego Maradona. Toda la responsabilidad estaba en las manos del arquero y Bilardo, aun en su perturbadora manera de manejarse, fue lúcido para relajarlo: ordenó que nadie le hablase antes de los penales.
Y mal no le fue como tampoco en el partido siguiente, por las semifinales, ante Italia, en el Estadio San Paolo de Nápoles. Un nuevo empate, esta vez 1-1, llevó el partido a los penales. Y al momento más recordado de Goycochea, cuando alcanzó estatura de ídolo al atajarles los remates a Roberto Donadoni y a Aldo Serena. Además, el equipo jugó muy bien, algo por lo que el técnico había sacado pecho por anticipado: “Si me dan bola a mí, éste es el partido más fácil que tenemos”, recordó Goyco la frase de Bilardo.
Cumple 59 años Sergio Goycochea: Bilardo y otro gesto paternal
A la final de Italia 90, disputada en el Estadio Olímpico de Roma, Argentina había llegado con muchos lesionados y grandes dificultades físicas. Con un planteo muy conservador, el equipo jugó a aguantar a los alemanes y a apostar, lógicamente, a la definición por penales y a las manos de Goyco.
Pero el partido se definió, sí, con un penal, aunque durante los 90 minutos, sancionado por el mexicano Edgardo Codesal por una infracción de Roberto Sensini a Rudy Voeller. El defensor alemán Andreas Brehme lo ejecutó con altísima precisión y Goyco estuvo cerca, pero no llegó.
La copa mundial fue para Alemania Federal y las lágrimas para Argentina. “Bilardo nos consoló. A Diego, para que las cámaras no lo enfocaran llorando, y a todos en general. En ese momento fue un padre más que un director técnico”.
