Aunque dieron sus primeros pasos en el fútbol en veredas opuestas, uno en Racing y otro en Independiente, Diego y Gabriel Milito siempre mantuvieron una relación inquebrantable. Sin embargo, su hermandad no impidió que en varias ocasiones se sacaran chispas dentro de una cancha. Entre esos episodios, se destaca uno en particular: el día que Diego pidió la tarjeta roja para su hermano.
Sucedió durante el Torneo Clausura 2003, en el clásico de Avellaneda. Ambos afianzados como titulares en sus respectivos equipos, se enfrentaron por tercera vez. A los 16 minutos del primer tiempo, protagonizaron la curiosa polémica que sorprendió a sus padres, que estaban en la tribuna. Tras el partido, ambos regresaron a su casa en autos separados y hasta tuvieron que afrontar una discusión familiar en la cena.
Diego y Gabriel Milito: el camino hacia el clásico de la polémica
Diego y Gabriel Milito nacieron en Bernal, el 12 de junio de 1979 y el 7 de septiembre de 1980 respectivamente. Aunque su papá, Jorge, era de Boca, todo el resto de la rama paterna era de Racing, mientras que los familiares de su mamá, Mirta, eran de Independiente.
Durante su infancia, apenas compartieron cancha, dado que pertenecían a categorías diferentes. Ya en la adolescencia, ambos tomaron caminos opuestos: el mayor de los hermanos se forjó en la Academia, mientras que el menor lo hizo en su clásico rival.
Gaby MIlito debutó en Primera División el 21 de diciembre de 1997, a los 17 años, mientras que Diego tuvo su estreno el 11 de diciembre de 1999, con 20 años. La primera vez que se enfrentaron fue en el clásico del 16 de diciembre de 2000, en el Cilindro de Racing: ganó Independiente por 2-0. Su segundo cruce fue en el Apertura 2002: goleada del Rojo como visitante por 4-1 en el estadio Monumental de River, el equipo que luego se consagró campeón con la conducción de Américo Rubén Gallego.
Leé también: Amor de hermanas: la historia de la foto en la cancha de Racing que revolucionó las redes
El 9 de marzo de 2003, llegó el polémico cruce entre los Milito. Era la cuarta fecha del Clausura e Independiente, que había perdido las tres primeras fechas, hacía de local en la cancha de Lanús, debido a una suspensión que tenía vigente. Racing, por el contrario, llegaba con tres victorias y acumulaba un puntaje perfecto. Por tercera vez, ambos hermanos volvían a verse las caras.
El día que Diego Milito pidió la tarjeta roja para su hermano Gabriel
A los 16 minutos del primer tiempo, Juan Manuel Torres encaró hacia el área rival y Gabriel Milito lo derribó desde atrás. Entonces, Diego corrió directo hacia el árbitro Horacio Elizondo para pedirle la tarjeta roja. Sin creer lo que sucedía, se enoja y lo insulta: “No seas vigilante, la con... de tu madre”. Su propia madre. La tensión duró todo el partido, que terminó igualado 1-1 con un gol de Diego.
Tras el silbatazo final, su mamá, que estaba en la tribuna, declaró: “Me dio miedo cuando iban los dos a la pelota, porque estaban amonestados y porque ya se habían cruzado antes. Cuando lleguemos a casa los voy a juntar en una pieza para saber lo que pasó. No me gusta que se peleen, así que esta noche habrá un reto para los dos”.
En esa misma línea, su padre expresó: “Me quedé mal. ¿Cómo puede ser que pida roja para el hermano? No era último hombre. Gabriel se enojó y lo mandó a lo de la madre, ja. Diego volvió conmigo y la mamá con Gabriel. La discusión siguió hasta que dije basta”.
Leé también: Le prestó su muleta para ver a Diego Milito en Racing y la foto fue viral: ahora, TN los volvió a reunir
Tiempo después, Gaby recordó la jugada en una entrevista televisiva junto a su hermano: “Yo cometí una falta por la izquierda contra el Chaco Torres y el árbitro sacó amarilla, porque era para amarilla. Cuando Diego reclama me olvidé de que estábamos jugando, me olvidé de todo y le empecé a decir barbaridades. Después la seguimos en el doping y la terminamos de rematar en casa, cenando con toda la familia”.
Diego, por su parte, retrucó: “Él lo toma de la camiseta y yo entendí que era último hombre. Sigo insistiendo en que era de expulsión. En ese momento éramos rivales y para nosotros era una ventaja deportiva porque ganábamos con gol mío. La discusión en casa se puso tensa y mi viejo se calentó y nos pidió que nos dejáramos de joder”.