La Justicia tucumana condenó a 6 años y 6 meses de cárcel a Emanuel Díaz Pinto, exdirector técnico de fútbol femenino del Club Central Norte de esa provincia, por el abuso sexual de una jugadora ocurrido en enero de 2021 mientras se desempeñaba en ese rol en la institución.
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La jueza tucumana Fanny Siriani resolvió ayer por la tarde la condena contra Díaz Pinto, de 33 años, por el abuso sexual doblemente agravado de la jugadora. El condenado estará en libertad hasta que el fallo quede firme.
La magistrada ordenó también a pedido de la querella representada por Jimena Gómez Roselló, medidas de reparación a favor de la víctima a cargo de la Secretaría de la Mujer, Género y Diversidad de la provincia, y que se conforme una mesa de diálogo a cargo del Observatorio de la Mujer e integrada por la dirigencia del club.
Esta mesa estará “destinada a modificar los patrones culturales y fomentar el trato igualitaria entre varones y mujeres hacia el interior del club, en dónde se implementarán los reglamentos vigentes de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) para prevenir las violencias de género”, indicó el fallo.
Durante la última audiencia la jueza escuchó los alegatos de las partes y los pedidos de pena de la fiscalía y la querella. La fiscal Adriana Reinoso Cuello, a cargo de la Fiscalía Especializada en Delitos contra la Integridad Sexual Nº 1, había solicitado 8 años de prisión, mientras que la abogada querellante, había pedido 13 años.
Cómo fue el hecho por el que fue condenado el entrenador
Según consta en la investigación los hechos ocurrieron en enero de 2021 cuando, luego de un torneo, las jugadoras junto a otros jugadores del club fueron a la casa de uno de ellos a festejar y en ese momento Díaz Pinto abusó sexualmente de la joven denunciante.
A lo largo del debate, que comenzó el 27 de julio pasado y tuvo sentencia ayer, “se presentaron como pruebas pericias físicas y psicológicas realizadas a la víctima y declaraciones de testigos que asistían al Club, algunas de ellas realizadas en cámara Gesel”, contó Gómez Rosselló.
La abogada dijo que “resultó complicado poder conseguir estos testimonios ya que la mayoría de los testigos al momento de los hechos tenían entre 17 y 23 años y el denunciado ocupaba un lugar de poder en la institución no solo por su rol de director técnico, lo cual agravaba la situación de intimidación y las asimetrías”.
”El imputado utilizó esta influencia para ocultar pruebas, instalar versiones falsas y deslegitimar a la víctima”, agregó en diálogo con la agencia Télam.
Sin embargo “las pruebas pudieron acreditar que los hechos han ocurrido y exactamente como la denunciante los relató y se obtuvo una condena”, sostuvo.
La letrada consideró “las condenas son reparatorias para las víctimas y “en este caso es efectiva” aunque el monto de la pena es menor al solicitado por la querella.
”Es lamentable lo que sucedió y que personas tan jóvenes hayan tenido que atravesar por un proceso penal (en referencia a la víctima y los testigos); el condenado no solo dañó a la denunciante sino también a todo un espacio de contención social como lo es club y provocó una importante deserción”, concluyó.
