Miraildes Maciel Mota es conocida en Brasil como Formiga. Tiene 43 años y participará por séptima vez en los Juegos Olímpicos, lo que la ubica en el podio de los deportistas que más veces estuvieron en una cita ecuménica. Juega para la Selección brasileña de fútbol y dice representar a “todas las mujeres que fueron prohibidas de jugar durante todos estos años, desde Atlanta 96 hasta hoy”.
Formiga tuvo su primera vez en los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996, con 18 años. No faltó a ninguno de los que siguieron en la agenda: Sidney 2000, Atenas 2004, Pekín 2008, Londres 2012, Río de Janeiro 2016 y ahora está en Tokio para seguir haciendo historia.
En 2004 y 2008, la brasileña se colgó la medalla de plata luego de perder las finales ante Estados Unidos. Otras tres veces le tocó perder el partido por la medalla de bronce. Ahora, quiere el oro. Va por todo en su despedida de los JJ.OO.
“Voy a representar a todas aquellas mujeres que fueron prohibidas en aquella época. Estoy feliz y agradecida por estar aquí y voy a jugar por todas aquellas que hicieron un gran esfuerzo y no pudieron estar en ediciones anteriores. Ellas soportaron todo, y yo estoy aquí representando a todas las jugadores de fútbol”, declaró en una entrevista con el diario Globo.
“No teníamos nada, antes teníamos prohibido jugar en un equipo, solo los hombres podían hacerlo. Recuerdo que en 2004 René Simoes hizo mucho para que nosotras estemos en los Juegos Olímpicos de Atenas y ganáramos la primera medalla de plata con la Selección femenina”, contó.
“Es mi última oportunidad de ganar ese oro para Brasil, aun hay quienes dicen que necesitamos el oro para reclamar cosas. Escuchamos durante mucho tiempo que no ganábamos nada y que no teníamos derecho a pedir. Incluso con dos medallas de plata seguían diciendo eso”, enfatizó.
A los 43 años, sabe que el retiro también está cerca aunque luego de su participación en Tokio seguirá jugando en el San Pablo, luego de haber estado las últimas cuatro temporadas en el Paris Saint Germain de Francia. Anteriormente jugó en varios clubes brasileños, en Estados Unidos y en Suecia. Sus primeros pasos fueron en el San Pablo en 1993 cuando solo tenía 15 años y ya sabía que quería ser futbolista profesional. Luchó mucho para eso y ahora seguirá luchando por todas las que no pudieron cumplir ese sueño.
Se sube al podio en los Juegos Olímpicos
Además de ser una leyenda del fútbol brasileño femenino, Formiga se subirá al podio de participaciones en Juegos Olímpicos. En Tokio será la séptima vez que esté representando a su país y quedará solo por debajo del marchista español Jesús Ángel García Bragado (8 veces olímpico) y el canadiense Ian Millar, perteneciente al equipo ecuestre de su país (10 veces olímpico).