Kevin Ramírez cumplió su sueño e hizo historia para el boxeo argentino. Este sábado, el púgil nacido en Wilde se consagró campeón del Grand Prix del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) al derrotar por fallo unánime al croata Ahmed Krnjic en la final disputada en Riad, Arabia Saudita.
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Las tarjetas de los jueces fueron contundentes: 77-75, 77-75, 77-75, 78-74 y 78-74 a favor del argentino, que se impuso pese a la diferencia de peso y tamaño con su rival. Ramírez, apodado el “mata gigantes”, volvió a demostrar que nada es imposible cuando hay corazón y sacrificio.
De barrendero y chofer a campeón
La historia de Kevin Ramírez (12-0-2, 4 KOs) es de película. Trabajó como barrendero en la Ciudad de Buenos Aires y como chofer de aplicaciones para poder subsistir. Representante del Sindicato de Camioneros y nominado a los Premios Olimpia que se entregarán este lunes, Ramírez estuvo a punto de colgar los guantes. Pero su hermano, el excampeón mundial Víctor Emilio Ramírez, fue clave para que siguiera adelante.
“Le doy las gracias a Dios, me siento muy bendecido. Es un sueño, quiero agradecerle a mi familia, a mi equipo, a toda Argentina. Es un orgullo para mí, pasé por muchas cosas, estuve a punto de colgar los guantes, mi hermano me ayudó mucho e hizo que esto sea posible”, expresó emocionado tras la consagración.
El Gran Prix CMB es un certamen innovador, promocionado como la primera copa mundial de boxeo, con duelos de eliminación directa y una bolsa de 100.000 dólares para el ganador. Además, el campeón se convirtió en retador obligatorio al título Plata del CMB.
Ramírez llegó a la final tras vencer a rivales que lo superaban ampliamente en peso: Brian Zwart, Reagan Apanu, Piotr Lacz y Dante Stone, todos con entre 15 y 28 kilos más que el argentino.
Tras levantar el cinturón en Arabia Saudita, Ramírez no ocultó su ambición: “Quiero ser campeón mundial de crucero, ese es mi próximo sueño”.

