Si Denver Nuggets se anotó en las finales de la NBA por primera vez en su historia, se lo debe –en gran medida- a Nikola Jokic, su máxima estrella. El serbio que hace de todo (arma, asiste, encesta, gana rebotes) se convirtió en la versión moderna de Magic Johnson y llevó de la mano a su equipo para barrer a Los Angeles Lakers y quedarse con el título de la Conferencia Oeste.
El balcánico fue elegido el MVP (Most Valuable Player) de las temporadas 2020-21 y 2021-22, pero llegó a la serie decisiva de la mejor liga del mundo cuando perdió la misma contienda contra el pivote camerunés Joel Embiid, de Philadelphia 76ers.
Jokic, conocido como The Joker por la similitud fonética con su apellido pero también por su carácter histriónico, fue elegido por Denver en el Draft del año 2014. La franquicia de Colorado optó por el pivote en el puesto 41 de la segunda ronda, lejos de las luces de los prospectos más encumbrados. Con el paso de los años, el europeo es el jugador más dominante de la NBA.
Los días de Nikola Jokic en las carreras de sulky
Pero la historia de Nikola tiene un antes y un después, porque este gigante de 2,11 metros tenía otra pasión cuando era adolescente. En Sombor, el pueblo del norte serbio donde se crio, era un grandote de enormes pies que corría carreras de sulky y pasaba todo el día en el campo, rodeado de caballos y acompañando a su padre, que cuidaba un establo.
“Siempre amé los caballos, me atrajo su belleza, y cuando vi carreras de sulky, que eran importantes en mi ciudad, me terminó de cautivar esa adrenalina que se vivía. Por eso quise subirme y experimentar esa sensación. Cuando está en carrera y sentís que otro se acerca y lo tenés ahí, en el oído, es asombroso. Lo sentís. Sentís la tierra temblar cuando las herraduras golpean el terreno”, comentó Jokic.
Su padre, Branislav, dice que la verdadera vocación de Nikola son las carreras de sulky. “La pasión por los caballos la heredó de mí. De pequeño limpiaba los establos junto conmigo antes de ir a la escuela. Cuando descubrió las carreras se enloqueció y pasaba todo el día mirándolas. Pudo darse el gusto de competir”, explicó.
Su evolución en la NBA le permitió ser lo más parecido a Magic Johnson en términos del juego, porque el exbase de Los Ángeles Lakers dominaba la liga con sus 2,06 metros de altura, una notable potencia goleadora pero, sobre todo, una conducción que le permitió ser el jugador con el mejor promedio de asistencias en la historia de la NBA, con 11,5 pases gol por partido.
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Jokic tiene un promedio de 6,6 asistencias en toda su carrera en la NBA, pero en las últimas tres temporadas, las de su explosión, la cifra creció a 8,7. Ello, sumado a los 12,1 rebotes y 26 puntos. Cifras descomunales.
Este crecimiento también estuvo relacionado con una evidente mejora en su condición física, un karma en la vida del basquetbolista de 28 años. De hecho, han aparecido recientemente imágenes suyas de chico con notable sobrepeso. Eran los tiempos en los que tomaba “tres litros de Coca Cola por día”, según él mismo contó.
Superó un récord de Wilt Chamberlain después de 56 años
En el partido decisivo de la serie con los Lakers, que implicó el histórico 4-0, Jokic consiguió 30 puntos, 14 rebotes y 13 asistencias y se llevó el premio Magic Johnson al MVP de la final del Oeste. El crack serbio sumó su octavo triple-doble en los playoff y logró así un nuevo récord superando a Wilt Chamberlain (siete en 1967), una de las mayores leyendas de la NBA.
Jokic había acumulado varias decepciones en los playoff, pero en esta oportunidad todo cambió y se habituó a hacer un triple-doble por encuentro (espectaculares 29,9 puntos, 13,3 rebotes y 10,3 asistencias de promedio) con un impactante 53,8 % en tiros de campo y 47,4 % en triples.
Su entrenador, Mike Malone, está deslumbrado con el Joker, como le dicen los fanáticos de Denver. “Es asombroso que un jugador de su altura pueda armar como él lo hace y ser líder en asistencias. La facilidad para encestar tiros de 3 es otra arma letal con la que cuenta Nikola”, afirma.
Lo grandioso de la estrella de la selección serbia es que puede hacer todo eso sin dejar de ser vital en la zona pintada, porque en todos los partidos encabeza la lista de rebotes ganados. “Encesta abajo del canasto, de afuera y detrás de la línea. No hay manera de marcarlo porque si cubres una posibilidad le quedan otras dos por intentar”, revela el entrenador.
Después de eliminar a los Lakers de Lebron James, el astro serbio se mostró satisfecho: “Estoy realmente feliz por mis compañeros y por la organización y por cómo hemos luchado. Recuerdo los días en los que nadie venía al estadio y podías escuchar el balón rebotando en la cancha porque no había gente”.
La gente de Denver ama a este talentoso gigante que se fue haciendo camino en la NBA a costa de mucho esfuerzo. Llegó como un tapado y se convirtió en una estrella del básquet mundial que rompe récords históricos y va por su primer anillo de campeón en las finales que se avecinan.