En la Selección Argentina de básquet no se respiran los mejores aires. Hay jugadores tristes por la situación que se vivió con el entrenador, y también de malestar por la logística desarrollada en los diferentes viajes en las ventanas eliminatorias.
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Partamos desde la base ineludible: con la Generación Dorada, muchas cosas habían cambiado. Los jugadores y el cuerpo técnico se alojaban en hoteles con la infraestructura adecuada. Esto no solo se refiere a la calidad de sus habitaciones, sino también a resto de logística adecuada desarrollar tareas internas como suele suceder con cualquier selección de nivel mundial.
Hubo una pelea fuerte de los popes de esa época. Los jugadores se pusieron firmes y desde la dirigencia tomaron nota para actuar rápido y cumplir con los pedidos. Vale destacar que no se trató de un capricho, sino de tener una planificación acorde para un equipo competitivo a nivel mundial. Fue una pelea dura, con amagues de no seguir en la Selección en el caso de que la dirigencia se sostuviera en un estancamiento mediocre que venían afectándolos desde años anteriores.
Hoy, el equipo sufre un déjà vu con los mismos inconvenientes. Ya no pasa a ser un cambio, sino un problema por el cual los jugadores ni siquiera deberían tener una lucha: todo tendría que estar listo para relajar y jugar, pero no...
Las cosas no suceden de esa manera. El fastidio se hizo notar, sobre todo después del viaje a Canadá, cuando llegaron tras 28 horas de vuelo de ida y 30 de vuelta. En Mar del Plata hubo una reunión con los jugadores y su Asociación (ADJ), con Diego Prego al frente. En “La Feliz” fueron a un hotel y después los cambiaron a otro acorde al nivel de la Selección.
Los jugadores, con 20 años trabajando de una manera, no estaban acostumbrados a este tipo de anomalías. Inevitablemente, se produjo un descontento general. La Asociación de Jugadores los apoyó y prometió intermediar en esta situación. “Esto es para sumar y mejorar. Los tiempos cambian vertiginosamente. Las necesidades de preparaciones son totalmente distintas a las de hace veinte años”, señaló Diego Prego, presidente de esta asociación, durante una entrevista con Uno contra Uno web.
Esperemos que durante el Torneo Americup, ya con Pablo Prigioni como entrenador, se respire de otra manera. Más allá de la tristeza que significó para algunos jugadores la salida del Che, esperemos que comiencen tiempos de paz y bonanza para nuestra Selección y que Néstor “Che” García pueda salir de este difícil momento.