Diseño de portada: Sebastián Neduchal (TN / Videolab)
Informe especial

El año de Franco Colapinto en la F1: de la vuelta a las pistas a la lucha por mantenerse que tuvo recompensa

Los resultados del piloto argentino en la temporada 2025 no fueron los deseados, pero esa situación no lo tuvo como principal responsable. Alpine lo ratificó para 2026 y el futuro genera gran ilusión.

El automovilismo argentino vivió otro año para el recuerdo en la Fórmula 1. Franco Colapinto, el joven de Pilar que revolucionó al país en 2024, había cerrado su primera temporada en la categoría con más dudas que certezas, pero arrancó el 2025 con una noticia que iba a cambiar su carrera: se convirtió en piloto de Alpine con la ilusión de recuperar su asiento.

Entender el año de Colapinto requiere mirar más allá de la tabla de posiciones y el casillero de puntos, condicionados por la compleja realidad técnica de su equipo. El 2025 fue, en esencia, una metamorfosis en cuatro actos: desde la incertidumbre del piloto de reserva que observa desde la barrera, pasando por la explosión de confianza en los circuitos urbanos, hasta la madurez necesaria para sobrevivir a las críticas y los rumores que concluyeron con la noticia de su continuidad.

La llegada a Alpine y la espera por volver a competir

Bastaron tan solo nueve días desde el festejo de Año Nuevo para que Colapinto fuera protagonista en la Fórmula 1. En la segunda semana de 2025, Alpine oficializó la llegada del piloto argentino en condición de reserva. Franco se despedía de Williams, la escudería que lo formó y le cumplió el sueño de competir en la máxima categoría del automovilismo para ponerse bajo el ala de Flavio Briatore.

El corredor bonaerense participó del trabajo de pretemporada en la fábrica y estuvo cerca de las pistas en los primeros Grandes Premios de la temporada. En paralelo, un novato Jack Doohan comenzaba a preocupar a los jefes a medida que cometía errores (choque en Japón) y se alejaba de su compañero Pierre Gasly.

La tajante decisión institucional se tomó en mayo: Doohan perdía su asiento en la F1 con apenas seis carreras y Colapinto tomaba su lugar. Alpine quedó sacudido por este movimiento, que incluyó la renuncia del por entonces jefe de equipo, Oliver Oakes. Con el total respaldo de Briatore, Franco volvería a competir desde el GP de Emilia Romaña.

Un inicio con plena confianza

La primera carrera en Imola no comenzó como se esperaba. Un choque en la sesión de clasificación volvió a poner a Colapinto bajo la lupa, pero él mismo se encargó de dejar aquel incidente atrás para ir afianzándose poco a poco al auto.

“Es complicado empezar de cero. Voy como seis carreras por detrás de los demás“, decía tras el GP de Emilia Romaña. Fueron las primeras pistas de que la relación con el coche no iba a ser la mejor durante el transcurso de la temporada.

Desde Mónaco hasta Austria, en plena gira por Europa y un breve paso por Canadá, Colapinto no bajó del puesto 15. Nunca en 2025 tuvo tanta confianza en el auto como en ese tramo: defendió posiciones cuando se lo exigió, logró remontadas tras partir en el fondo de la parrilla y asomó en la zona de puntos con un auto que estaba dejando de responder.

El efecto Silverstone

Antes de las vacaciones veraniegas en Europa llegó el Gran Premio de Gran Bretaña, uno de los más icónicos de la historia de la F1. Sin embargo, para Colapinto fue un punto de quiebre en la temporada que puso a prueba su fortaleza mental y su destreza al volante.

El argentino primero se despistó en la sesión de clasificación y la maniobra le costó el último puesto en la largada de la carrera. El equipo aprovechó para cambiar componentes y aceptaron la sanción de la FIA para largar desde boxes, pero todo salió mal. Al momento del inicio de la carrera, Franco tuvo un problema en la caja de cambios y su auto no arrancó, por lo que no pudo competir aquel domingo.

Parte de la prensa especializada en Europa aseguró que el error había sido de Colapinto, que “había roto la caja de cambios”. Alpine lo desmintió ante el aumento de las consultas, pero el daño estaba hecho. Los rumores sobre un posible reemplazo en la escudería no tardaron en llegar, desde Valtteri Bottas hasta Checo Pérez. Solo se hablaba del futuro de Colapinto.

Al mismo tiempo, Alpine tomó la decisión de reducir considerablemente el presupuesto en arreglos y mejoras para el auto de la temporada 2025. El monoplaza no venía dando resultados ni generando confianza, y desde allí todo empeoró. Este fue el principal motivo por el cual el corredor bonaerense prácticamente se volvió ineficaz con las herramientas que tenía a disposición.

En los Países Bajos apareció su gran chance de sumar sus primeros puntos, pero una orden de equipo se lo impidió. En Zandvoort, a Colapinto le pidieron mantener las posiciones mientras Pierre Gasly venía por delante pero con un menor ritmo. Esta orden no le permitió a Franco ir a pelear por el anhelado décimo lugar, una decisión que causó controversia y que volvería a repetirse en el futuro.

De la aceptación al anuncio: hay Colapinto para rato

Los datos no mintieron: Colapinto había emparejado su rendimiento con el de Gasly en cuestiones de ritmo y performance tanto en clasificación como en carreras. Flavio Briatore lo admitió en medio de la incertidumbre por la continuidad del piloto argentino. Esa fue la primera señal que anticipaba un final feliz para Franco.

Infografía: Sebastián Neduchal (TN / Videolab)
Infografía: Sebastián Neduchal (TN / Videolab)

Los corredores que sonaban para reemplazar al bonaerense empezaron a encontrar su sitio al margen de Alpine: Bottas y Checo Pérez firmaron con Cadillac, Mick Schumacher no convenció y Colapinto había mejorado lo suficiente como para que su equipo no tuviera que buscar más alternativas.

Desde septiembre, los fanáticos de Franco se convencieron día tras día de que la continuidad estaba al caer. La llegada de Steve Nielsen a la dirección del equipo enderezó el rumbo institucional de la escudería desde la gira americana. Los resultados del coche pasaron a un segundo plano porque la situación se volvió irreversible y todos los cañones apuntaron a 2026.

Finalmente, en la antesala del Gran Premio de Brasil llegó la noticia que todos los simpatizantes esperaban: Colapinto fue confirmado como piloto titular para la próxima temporada junto a Pierre Gasly y lo festejó junto a los miles de fanáticos que viajaron hasta San Pablo para apoyarlo.

De esta manera, Franco se aseguró comenzar en 2026 con un auto completamente nuevo y las ilusiones renovadas. El nuevo reglamento que regirá desde la próxima temporada podría ver a Alpine como uno de los grandes beneficiados, ya que dejarán de usar el motor Renault e instalarán el de Mercedes, considerado uno de los más potentes del año que viene. De cumplirse las expectativas y las proyecciones, Colapinto podría luchar por sus primeros puntos con la escudería.

En definitiva, el 2025 de Franco Colapinto fue un máster acelerado de supervivencia en la elite, donde su capacidad para igualar el ritmo de un piloto experimentado como Pierre Gasly y su madurez tras los muros de Silverstone pesaron más que la falta de puntos de un Alpine limitado. La experiencia obtenida se valorará con el tiempo: ya es el tercer argentino con más giros en la F1 y apunta a conseguir más récords.

Colapinto no solo logró “mantener el coche en pista” cuando el A525 se volvía indomable, sino que convenció en la sede de Enstone de que él es la pieza fundamental para liderar su reconstrucción. Con la confirmación de su asiento para 2026, el horizonte de Colapinto deja de ser el de un debutante que pide permiso para convertirse en el de un protagonista que, con herramientas a la altura de su talento, promete llevar la bandera argentina de regreso a la zona de puntos de forma permanente.

Créditos

Diseño e infografías: Sebastián Neduchal (TN Videolab)

Coordinación visual: Damián Mugnolo (TN Videolab)