Flavio Briatore, actual jefe de Alpine, reconoció que la decisión de frenar por completo el desarrollo del modelo 2025 “quizás fue demasiado extrema”. Sin embargo, aclaró que los problemas del equipo vienen de mucho antes, incluso desde los primeros años de la era híbrida, cuando Renault retomó el control de la escudería.
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“Esta situación es muy difícil para nosotros. No estoy acostumbrado. Cada domingo es una tortura”, dijo en diálogo con el sitio especializado The Race. “Estamos aquí para ganar, no para ser turistas que dan la vuelta al mundo”, aclaró sobre la ambición del equipo.

Un año para el olvido
La temporada 2025 fue muy dura para Alpine. Briatore reconoció que cada fin de semana es frustrante al ver el esfuerzo del equipo sin poder sumar puntos.
“Llegás al circuito, ves a los mecánicos trabajar sin descanso y no podés disfrutar la carrera. Es muy frustrante. Espero que el año que viene podamos devolver el doble”, señaló.
Por qué Alpine decidió frenar el desarrollo del auto 2025
Según Briatore, la explicación de la pobre campaña de Alpine es sencilla: el equipo decidió concentrar todos sus recursos en el coche de 2026, que tendrá motores provistos por Mercedes. El plan era adelantarse a sus rivales, pero el resultado fue el contrario.
“No tenemos la capacidad de desarrollar el coche de 2025 y el de 2026 al mismo tiempo”, explicó. “Pensamos que mejorar el A525 solo nos permitiría pelear por el octavo o noveno puesto. Fue una subestimación, porque todos los demás avanzaron mucho más que nosotros”, destacó.
Al comienzo del año, el monoplaza podía aspirar a la quinta o sexta posición, pero el progreso de las demás escuderías los dejó muy por detrás.
“Nos arriesgamos y pusimos todo nuestro esfuerzo en el coche de 2026”, aseguró el dirigente.

“La gestión de Alpine perdió coherencia”
Briatore también habló sobre los errores estructurales del equipo y destacó que la falta de coherencia en la gestión fue una de las causas principales del declive.
“El equipo estaba dirigido desde París. La Fórmula 1 ya es difícil de manejar día a día desde Enstone, así que hacerlo desde Francia era imposible”, explicó.
El italiano, que aceptó volver a pedido del CEO de Renault, Luca de Meo, reveló que su regreso tiene un componente emocional: “Conocía a Luca mucho antes de la F1, y ver al equipo así fue muy duro, porque era mi equipo. Le dije que si necesitaba ayuda, yo iba a estar”, detalló.
Las raíces del problema: decisiones del pasado
Briatore apuntó que la falta de inversión durante los primeros años de la era híbrida fue un error clave. Mientras Mercedes, Ferrari y Honda invirtieron grandes sumas, Renault se quedó atrás.
“Quizás en ese momento la compañía no tomó en serio el costo de fabricar un motor competitivo. Todos los demás invertían mucho más. Creo que simplemente sucedió así, no culpo a nadie”, explicó.
Recordó que en los años 90, Renault era el mejor motor de la F1, y él mismo llegó a comprar el equipo Ligier en 1994 solo para garantizar que Benetton tuviera los motores franceses.
“En 1995 ganamos el 80% de las carreras con motor Renault. Era el mejor del mundo”, remarcó.
“Queremos volver a ser competitivos”
A pesar del presente complicado, Briatore mantiene su fe en el futuro del equipo. “Quiero que estemos entre los seis primeros. Cuando largás sexto o séptimo, ya podés soñar con el podio. Pero si arrancás 14° o 15°, olvídalo", explicó
Sabe que la meta no será sencilla, pero no se achica ante los desafíos: “Es un reto enorme. Pero nunca he tenido un reto pequeño. Con Benetton se reían de nosotros porque éramos fabricantes de camisetas. Y aun así, ganábamos sin tener ninguna pasión por el automovilismo”, cerró.

